familia

CAPÍTULO I
LA VIDA FAMILIAR EN LA COLONIA
La amplia casa colonial albergaba a seres de distintas razas, cuyo jefe, el padre, gozaba de agregados; facultades que si bien la ley, en parte concedía, más eran admitidas por la tradición y la costumbre. Si el señor era hacendado, aumentaba el número de los subordinados. Poblaban sus estancias además de los muchos agregados, los capataces, peones,los varios puesteros que, con sus respectivas familias vivían en los ranchos del extenso campo, dependiente todos del patrón, sumisos a su voluntad y colocados bajo su amparo. Por sobre la entidad legislada en las Siete Partidas, trasunto fiel, de las ideas religiosas y jurídicas de un pueblo y de una época, las necesidades sociales y económicas del medio, crearon el tipo de familia colonial, quepresenta tan peculiar forma y tan propio carácter. Si la legislación nos demuestra hasta qué punto estaba organizada en favor del padre, en función, del medio, la autoridad de este adquiría contornos verdaderamente patriarcales.
La entidad familiar bastábase a sí misma. “En las casa principales”, “crecidísimo número de esclavos”, se ocupaban, bajo la dirección del ama, en las faenas domésticas.Algunos sabían escribir, coser y peinar, las negras hábiles cocineras, lavanderas, planchadoras y servían de nodrizas. A los hombres se les empleaba en las labores del campo y entre ellos había buenos oficiales sastres, zapateros, panaderos, peluqueros, herreros, carpinteros, etc, de los que, mientras a unos se les ocupaba en la casa para satisfacer las necesidades familiares, a los otros,perfeccionado su arte con el ejercicio se les enviaba a la calle en busca de trabajo, ganando su jornal, donde sus servicios fuesen solicitados.
Además del arreglo y cuidado de la casa, dela preparación de los alimentos y de todas las tareas domésticas, en el hogar se ejecutaban los más variados trabajos. Era también un centro industrial. Se tejían medias y telas; se fabricaba el calzado.
La familia erahospitalaria y generosa. El sentimiento que individualizara la hidalguía castellana retoño con sin igual vigor en la América española y la hospitalidad brindada, al viajero “en todas las formas en que puede ser otorgada por la bondad, y la abundancia”, caracterizo al hogar de la Colonia, fuera la casa del rico habitante de la ciudad o el rancho miserable de las campañas. “Quede encantado de laafabilidad de esta familia; su hospitalidad sin afectación hacía creer me encontrase en mi propia casa”, apuntaba un viajero, hablando de la que se le prodigara en la mansión de una de las ciudades; otro escribe del gaucho “es hospitalario, en su rancho siempre encontrara amistosa bienvenida, y a menudo será recibido con una dignidad natural de maneras muy notables y que casi no se espera encontrar enranchos de aspecto mísero”. Un tercer viajero inglés, más conmovido y admirado aun, dice, hablando de quien le hospedara. “No habíamos nunca conocido al hombre; él no sabía de mí, sino que pertenecía a la nación hostil que pocos años antes había invadido su país y, sin embargo, me albergo con mi sequito, sometido a los principios de la hospitalidad a mano abierta, que, desdeñando la idea derecompensa, se satisfacía, únicamente con dar a sus huéspedes la respetuosa atención “personal suya y de sus hijos”. “Me sucedió, agrega, lo mismo en todo el país”.
1.1. Una atmósfera de religiosidad saturaba el hogar de la colonia
Todas las casas tenían su pequeño altar, efigies o cuadros de santos milagrosos que en el sentir de ese tiempo, protegían el hogar y en el cielo mediaban por las almasexpuestas “a los peligros del siglo”, en la corta y azarosa vida terrenal. La oración de la tarde reunía en torno del altar domestico toda la familia y servidumbre. El rezo del rosario complementaba la cena. El padre presidia estas ceremonias y daba su bendición a los hijos y allegados que imploraba de rodillas.
En el hogar se cocía y bordaba vestidos para las imágenes, manteles y adornos para los...