Felicidad
Por José Luis Garcés Gonzalez .
(Jlgarces2@yahoo.es). .
Nelson Castillo hace un interesante esfuerzo
debibliografía y de pensamiento para
abordar un tema tan antiguo como el
hombre que se pregunta el porqué de las
cosas. Y esta labor se halla sustentada en
una valiosa revisión de fuentes, que vadesde Aristóteles y Spinoza a San Agustín
y Erich Fromm, entre otros. El tema lo
aborda desde diferentes ópticas. Y no lo
exime de lo humano ni lo desvincula de lo
académico. La pregunta por lafelicidad a
conducido a diversas respuestas, y de la
practica de ella ha dependido el acceso al
escaso cielo o el descenso a lo más sombrío
de los infiernos. .
Losgriegos, con Sócrates, inventaron la
filosofía moral y creyeron que era feliz
quien practicaba la virtud. También los
helenos inventaron la postura teorética, y
lograron, a partir de la contemplacióny
del ocio diagógico, estructurar la génesis
de la reflexión filosófica. Montaigne escribió
en sus Ensayos (Libro III, capitulo 2): “No
describo al ser, describo su transcurrir”.Precisamente, hacer esa descripción es
analizar o descifrar la búsqueda de sus
logros o de sus fracasos. Es decir, de su
ambición de felicidad. .
Kant nos dice que no hay una receta paraadquirir el estado feliz. Cada quien tiene
sus preferencias y su método. Si le creemos
al filósofo de Königsberg todo esfuerzo por
conseguir una formula seria un ejercicio sin
mayor utilidadpractica. Albert Camus, en
sus formidable crónica de Verano - Bodas,
nos habla de una felicidad sensual, atizada
por el sol, el mar y el desfile de cuerpos
sugerentes que camina por la playa.
Elhombre mira y piensa. Mira y se pregunta.
Mira y se imagina. Allí empieza su periplo
interrogativo. La pregunta por la felicidad,
es, pues, uno de los grandes interrogantes
del ser. No importa...
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