Filosofía cristiana
El problema de la filosofía cristiana se plantea porque, por un lado, filosofía en oposición a teología, denota un saber fundado en argumentos racionales humanos, no en larevelación divina; y, por otro, determinadas formas históricas del pensamiento a las que sin vacilar suele denominarse “filosofía”, como la filosofía patrística y la escolástica medieval y posmedieval, nose comprenden sin admitir en ellas una profunda influencia de la fe cristiana. Algunos pensadores católicos (Mandonnet, Manser) intentan evitar la dificultad negando a la “filosofía” de los Padresde la Iglesia y a la escolástica primitiva el carácter de saber filosófico en sentido propio y considerando el aristotelismo escolástico como una filosofía de la naturaleza puramente racional,independiente de la revelación; la noción “filosofía cristiana”, según ellos, incluiría en realidad una contradicción interna. Sin embargo, esta concepción no podría hacer plena justicia a la realidadhistórica. Otros se inclinan a abandonar la noción usual de la filosofía por demasiado racionalista y a esteblacer un “filosofar en la fe” como única forma posible de filosofar para un cristiano. Este modode pensar parece moverse en los aledaños del tradicionalismo. Maritain¸exige, eal menos para la filosofía moral, partir de principios tomados de la revelación.
Para resolver el problema hay quedistinguir entre el concepto general de filosofía y las formas históricas concretas de su realización; el concepto de filosofía en cuanto tal nada dice con respecto al predicado “cristiano”; lacuestión afecta, pues, sólo a determinadas formas de la filosofía aparecidas en el curso de la historia, como la patrística y la escolástica. En ellas hay que trazar una ulterior distinción entre lafundamentación lógica (demostración) de sus contenidos doctrinales y la influencia, el estímulo y el fomento psicológicos que el pensamiento recibe de todo cuanto actúa sobre el alma del filósofo. Para...
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