Formación artística y ambiente

FORMACIÓN ARTÍSTICA Y AMBIENTE Roberto Aguirre Guiochín Una experiencia vital es aquella vivencia temprana cuyo recuerdo está ligado de manera significativa a nuestra existencia. El ambiente característico que priva en un mercado tradicional, su bullicio, su colorido, su mezcla inagotable de aromas a flores y fruta, pone a nuestro alcance una fuente inagotable de estímulos que inciden de unamanera u otra en nuestro repertorio emocional. Como vivencia nos ayuda a entrar en contacto con potencial materia prima para el posterior desarrollo de un arte del que es cómodo formar parte y a través del cual se puede reflejar enriquecida la verdadera esencia nacional: en él sería fácil mirarse y reconocerse con orgullo. No obstante, la realidad es que, como mexicanos, nos da trabajo visualizarnoscomo tales sin que en el proceso afloren ciertos complejos ampliamente reseñados por importantes pensadores. Sigue causándonos alarma descubrir que somos la piel curtida y prieta de los indios y cerramos los oídos para no escuchar el mestizo sonsonete de las voces interiores que brota triste de aquellas gargantas cerreras. Para ocultar su origen y domarlo, el arte popular ha sido embalsamado alofrecerse en estereotipos estilizados. Los sones de Veracruz, Jalisco, Michoacán o Guerrero que se tiene oportunidad de

escuchar, aunque hermosos, son siempre los mismos. Muchos otros se han dejado de tocar y han sido olvidados. Aquellos que han tenido la fortuna de sobrevivir son repetidos sin variar y representados sobre escenarios con similares coreografías acartonadas y artificiales que nadatienen que ver con las fiestas populares. Cuando se tiene 1 oportunidad de comparar las originales chaconas, zarabandas, folías, canarios, jácaras y todas aquellas danzas creadas o transformadas por negros, indios y mestizos durante la colonia -y en las cuales la música de Veracruz tiene su origen- es posible apreciar una curva descendente en la calidad, variedad y gusto del son veracruzano actual.Ello muy a pesar de los encomiables esfuerzos de quienes pugnan por mantener viva una tradición cultural pero que, sin proponérselo y en su celo por preservar la tradición en su forma más pura y auténtica, propician la supervivencia de las características de un arte mediocre que hace tiempo dejó de evolucionar. En estos días, la frontera entre música popular auténtica -aquella que expresa unamanera particular de ver la vida, de creer y de sentir- y la música industrial -que con discutibles fines de consumo mercantil, uniforma criterios y conductasse presenta como indistinguible e irremediablemente escindida de la música académica, que se asume como superior por su complejidad estructural incomprensible para el vulgo. La segunda ha

usurpado el lugar y las funciones de la primera y entodas las regiones del país los medios de comunicación obligan a cantar las mismas letras que pregonan como aceptable la frustración de jamás poder acceder a lo posible. En estos productos industriales creados para el consumo de masas es imposible reconocer, concediendo que los hubiera, elementos autóctonos propios y característicos de las variadas regiones culturales que conforman el país. Paraaquellos que se interesan por estudiar música seriamente, resulta complicado tomarles como referencias de formación en virtud de su pobreza temática y conceptual. Esto se debe a que no es más que mercancía desechable, lo que lo hace imposible la perspectiva de asumir estos productos como el resultado de un arte. El propósito del presente trabajo es intentar analizar si es posible establecer unarelación entre la identificación intelecto-emocional con la música propia de cada región y el posterior desarrollo artístico de los estudiantes de música académica. El interés parte de la idea de que es imposible formar a un artista si no posee elementos significativos en su formación a los cuales pueda posteriormente referirse para expresarse con seguridad y profundidad, y estos elementos sólo...