Gestion De Incompetentes
Índice
Prólogo IntroducciónParte I: Reconocer la incompetencia propia y ajena 1. Con estos bueyes hay que arar: todos somos incompetentes 2. La insoportable levedad del dirigir personas 3. Director de personal o director de personas Parte II: Diagnosticar incompetencias: el Modelo Fougi 4. Un modelo para diagnosticar incompetencias 5. Minucias, no 6. El despistado feliz 7. El hiperactivo miope 8. El teórico 9. El torpe 10.El asfixiado 11. El bobo y el caradura 12. El distraído 13. El deprimido y el pasota 14. El incapaz Parte III: Herramientas para gestionar la incompetencia 15. Un directivo, un maestro 16. Corregir al que yerra 17. Es de bien nacido ser directivo agradecido 18. Unos jefes que perdonan, saludan y piden por favor 19. Conclusión: sólo sé que no sé nada
Anexo: Selección de 25 Incompetentes dePelícula Créditos de disculpa y agradecimiento
Prólogo Conocí a Gabriel Ginebra en los albores de la década de los ochenta. Ambos estudiantes en una universidad del norte de España, mantuvimos largas conversaciones sobre las propias inquietudes intelectuales. Luego, la vida profesional nos separó y sólo volvimos a encontrarnos cuatro lustros después. Los dos habíamos recorrido para entonces docenasde miles de kilómetros por medio mundo. Desde entonces mantenemos una fluida relación, fundamentalmente a través del correo electrónico. Y también, cuando las circunstancias lo permiten, en algún restaurante de Barcelona o Madrid, pues es en esas ciudades donde residimos cada uno. Prologar una obra de Gabriel es un privilegio. Es grande mi admiración por su trabajo y también por sus cualidadespersonales, entre las que se cuenta la ilusión permanente por trasladar al mercado ideas y modos de ver que no son siempre políticamente correctos. Es más, en un momento como el actual en el que en bastantes de las más altas instancias públicas parecen situarse personajes merecedores del título aportado por Gabriel, a algunos les parecerá excesivamente turbulento. Esa capacidad de retar ha sidosiempre propia del autor, desde hace muchos años. Al menos, desde que yo le conozco. El libro que el lector tiene entre las manos contiene, esto sí, mucho de heterodoxo. Entre otros motivos, por la combinación que conjuga de elementos académicos con anécdotas, experiencias vitales e incluso noticias de prensa. Como podrá comprobar enseguida, las páginas se devoran, pues el método empleado permite unagran agilidad al intercalar, entre las ideas que vertebran, numerosas digresiones que ilustran las cavilaciones. Muchas de ellas son autobiográficas, y este detalle siempre contribuye a la viveza de las mismas tanto en fondo como en forma. Empuja el autor a que todos empleemos un buen espejo para contemplar nuestro comportamiento antes de dedicarnos a juzgar inmisericordemente a los demás. Bien hacalado en lo extendido que se encuentra en nuestro país, y en muchos otros, esa bajeza llamada difamaciones y calumnias. ¡Ojalá sus propuestas contribuyan a que disminuya esa perversa costumbre de calificar habitualmente del peor modo posible a cada uno de los colegas, y también a directivos y subordinados! Bien se explica en el texto que la dirección de personas es una ciencia que tiene...
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