Hilo y aguja para la hembra
Nadie es tan necio que ignore que la ponzoña depareja también conoce armas de mujer. Entre los frágiles argumentos exculpatorios que estos días se han esgrimido a propósito de la conducta de algunos malcasados, se oye decir, y no sin razón, quemuchas mujeres practican la insidia sigilosa, el acecho denigratorio, la indiferencia hiriente hacia sus maridos; que, mientras la psicología primaria del macho tiende a manifestar su cólera de formadesatada y repentina, la de la hembra, más lenta y refinada, actúa minando poco a poco el temple de su cónyuge hasta el extremo de que este puede acabar perdiendo su propia estima y hasta su deseo devivir.
Pero, en este tablero maldito, sigue habiendo fichas desiguales. Cuando la víctima de las hostilidades domésticas es el hombre, sus piezas negras disponen de una salida que no está autorizada paralas blancas. La tradición y la presión social no consienten de buen grado a la mujer abandonar la casa, dejar a sus hijos y emprender otra vida si la anterior ha fracasado o carece de remedio. Encambio, el hombre puede decidir el fin de la partida, hacer el equipaje y marcharse a otro lugar porque, al menos en la familia tradicional, el mundo exterior es más suyo que el de su compañera: “ Hilo...
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