Historia de Europa en el siglo XIX: Religión en libertad

Historia Contemporánea Universal. “Historia de Europa en el siglo XIX”.
Capítulo uno: la religión de la libertad.
Concluida la aventura napoleónica, mientras los países europeos pretendían un ordenamiento estable, en todos los pueblos se encendían esperanzas y celebraban reclamaciones de independencia y libertad. Había en Alemania, en Italia, en Polonia, en Bélgica, en Grecia movimientos denaciones oprimidas contra dominadores, había necesidades de garantías jurídicas, de participación en la administración, de discusión de las ideas e intereses por medio de la prensa, de constituciones existía la exigencia de eliminar vínculos y desigualdades y de una modernización y racionalización general.
Siendo distintos los antecedentes históricos, aquellas exigencias variaban según los países.En un sitio se daba primacía a la liberación del dominio extranjero, en otro la sustitución del gobierno absolutista por el constitucionalista, en otros la igualdad cívica y la tolerancia religiosa y en otros se intentaba combatir privilegios políticos, pero todas estas exigencias se relacionaban entre sí. La palabra libertad aunaba todos estos espíritus. No era una palabra nueva en la historia, ysu pérdida siempre había sido considerada como causa o indicio de decadencia en las artes, en las ciencias, economía, moral…
La libertad en compañía de la igualdad y la fraternidad habían sacudido la vieja Francia y casi todo el continente europeo, la impresión temerosa aún perduraba y cayó en descrédito casi siendo aborrecido; pero la libertad volvió a ascender por su cuenta sobre el horizonte.Había un contraste entre lo antiguo y lo nuevo, por ello la indagación corría el riesgo de dividir individuo y Estado, cometiéndose errores de esa idea superior que incluye y supera todos los caracteres que se daban individualmente a la libertad. Ahora el hombre ya no se veía aplastado por la historia sino que se contemplaba en la historia del mundo como la de su propia vida. La historia a unase mostraba como obra y actualidad del espíritu y, dado que el espíritu es libertad, obra de la libertad.
Éstos serán el pensamiento y la filosofía de la edad empezaba, que se difundía por todas partes. La nueva actitud espiritual fue brindada por el país que se había cerrado a la cultura moderna: la clerical y absolutista España, que acuñó entonces el adjetivo liberal.
El concepto de lahistoria, historia de la libertad tenía su necesario complemento práctico en la libertad misma como ideal moral. Por ejemplo cuando se objetaba que el ideal moral de la libertad no prometía ni permitía expulsar del mundo el mal, y que, por lo tanto, no era verdaderamente moral; y así diciendo no se consideraba que, si la moralidad destruyese el mal en su idea se disolvería a sí misma, ya que sólo en lalucha contra el mal tiene realidad y vida.
El ideal de la época era sin duda la palabra libertad pero, ¿que es la libertad? ¿libertad respecto a quien y de que?. La distinción, frecuentemente llevar a cabo, entre las dos libertades, la singular y la plural, la libertad y las libertades, se revela como antinomia de dos abstracciones, pues la libertad en singular sólo existe en las libertades enplural. Por ello no sólo se la puede definir a través de sus instituciones, sino que tampoco hay que plantear una relación de necesidad conceptual entre ella y estas últimas de, se vinculan y desvinculan a ella por necesidad histórica.
Las reclamaciones políticas formaban entonces más o menos su cuerpo histórico. La idea de la nacionalidad, opuesta al humanitarismo, se proponía promover la humanidaden su forma concreta que era la de la personalidad, así de los individuos como de los conjuntos humanos vinculados por orígenes y memorias, ya fuera de las naciones históricas, las que habían de despertar la actividad, es decir, el derecho y el deber de situarse a la cabeza de todos los pueblos.
La libertad de prensa en el campo que se abría al intercambio de las ideas. El favor que envolvió...