Identidad cultural dominicana
Páginas: 10 (2306 palabras)
Publicado: 12 de febrero de 2012
Identidad Cultural Dominicana:
“Hacia una visión nativa de lo dominicano”.
* Preámbulo
La contienda electoral de 1996, puso en el tapete la dificultad de definir étnicamente a los dominicanos. En la campaña se habló de quién representaba más nuestra nacionalidad. Sobre la nación, la cultura y la raza de nuestra gente. Ahora, transcurridos los comicios y juramentado ya el nuevoPresidente, tal vez podamos retomar el asunto sin que seudopoetas beneficiarios del orden imperante atribuyan a la inquietud motivaciones “político-partidistas”.
Nada ha imposibilitado tanto una conversación saludable sobre el tema que heredamos categorías definidoras forjadas por gente que nunca se identificó con la idiosincrasia del pueblo dominicano. De ahí la plegaria nostálgica en torno a lo quepodríamos haber sido y el énfasis en nuestras faltas, pérdidas, fracasos y defectos. De ahí la ecuación entre dominicano y desgracia ; el esquema ya aburre.
La meta ha de ser ayudar al pueblo dominicano a reconocerse en la genuina complejidad de su ser. Con la realización de esa meta se podrá salvaguardar la salud mental y el autorrespeto de la población. Nuestra población logrará adueñarsede una representación a fin con su auténtica personalidad cultural cuando arrebate a sus enemigos nacionales el monopolio sobre las instituciones que median en la implantación de diversos elementos de su identidad.
* La historia del poder
El pueblo dominicano “como es en realidad” brilla por su ausencia en la imagen de la nación esculpida por los artífices del discurso oficial. ElEnriquillo de Manuel de Jesús Galván y el Compendio de historia de Santo Domingo de José Gabriel García lo confirman. Ambas obras, suscritas a la imaginación imperial, revelan una cosmovisión que glorifica la expansión territorial de las naciones poderosas, a pesar de las poblaciones que cayeron aplastadas por el peso “civilizador” de ese terrible avance. Es decir, los de abajo no cuentan. Laexperiencia de la especie se reduce a la marcha ineluctable del poder. Esa sensibilidad inhumana se nos inculcó en las aulas escolares, donde aprendimos a gozar con la destrucción. No reconocimos el dolor infligido a los caídos ni el desamparo multitudinario que acompaña a cada una de las victorias imperiales en los libros de historia. La malhadada educación nos bloqueó la solidaridad con los vencidos,impidiéndonos apreciar la rica diferencia y diversidad de la humanidad.
Walter Benjamin nos recuerda que “no hay documento de la civilización que no sea al mismo tiempo un testamento de la barbarie”. Maynard Salomon recalcó que “las posesiones culturales de la humanidad, los más altos logros del espíritu, nacieron intrafeces et urinas de la operación de clase”. Se nos socializó para identificarnoscon los conquistadores, los amos, los de arriba, aunque dependiéramos de los vencidos, los esclavos, los de abajo.
* Dominicanidad y genocidio
La voz narratoria en el Enriquillo de Galván deja incuestionado el sistema colonial genocida, aún cuando objete casos individuales de indigenidad cometidos por españoles contra aborígenes. Las crueldades de los amos en el libro se explican comodesviaciones atribuíbles a la conducta particular de tal o cual funcionario o soldado. La barbarie queda legitimada, dándosele vigor a la noción de que la conquista europea en las Américas fue un gesto de bondad. Nada de lo que se ha creado en la región desde el 12 de octubre de 1492 hasta el presente podrá jamás compensar la sangre derramada en el proceso de la colonización. Ya lo dijeron DiógenesCéspedes, Frank Moya Pons, y muchos otros: legitimar el crimen de ayer es autorizar el de hoy y allanar el camino para el mañana. Se puede afirmar que los celebrantes de la bestialidad colonial que se apandillaron en torno al proyecto del Faro a Colón en 1992, son enemigos de la humanidad, también se identifica con la masacre del 1937, el asesinato masivo de 1962 en Palma Sola, y aniquilar a...
“Hacia una visión nativa de lo dominicano”.
* Preámbulo
La contienda electoral de 1996, puso en el tapete la dificultad de definir étnicamente a los dominicanos. En la campaña se habló de quién representaba más nuestra nacionalidad. Sobre la nación, la cultura y la raza de nuestra gente. Ahora, transcurridos los comicios y juramentado ya el nuevoPresidente, tal vez podamos retomar el asunto sin que seudopoetas beneficiarios del orden imperante atribuyan a la inquietud motivaciones “político-partidistas”.
Nada ha imposibilitado tanto una conversación saludable sobre el tema que heredamos categorías definidoras forjadas por gente que nunca se identificó con la idiosincrasia del pueblo dominicano. De ahí la plegaria nostálgica en torno a lo quepodríamos haber sido y el énfasis en nuestras faltas, pérdidas, fracasos y defectos. De ahí la ecuación entre dominicano y desgracia ; el esquema ya aburre.
La meta ha de ser ayudar al pueblo dominicano a reconocerse en la genuina complejidad de su ser. Con la realización de esa meta se podrá salvaguardar la salud mental y el autorrespeto de la población. Nuestra población logrará adueñarsede una representación a fin con su auténtica personalidad cultural cuando arrebate a sus enemigos nacionales el monopolio sobre las instituciones que median en la implantación de diversos elementos de su identidad.
* La historia del poder
El pueblo dominicano “como es en realidad” brilla por su ausencia en la imagen de la nación esculpida por los artífices del discurso oficial. ElEnriquillo de Manuel de Jesús Galván y el Compendio de historia de Santo Domingo de José Gabriel García lo confirman. Ambas obras, suscritas a la imaginación imperial, revelan una cosmovisión que glorifica la expansión territorial de las naciones poderosas, a pesar de las poblaciones que cayeron aplastadas por el peso “civilizador” de ese terrible avance. Es decir, los de abajo no cuentan. Laexperiencia de la especie se reduce a la marcha ineluctable del poder. Esa sensibilidad inhumana se nos inculcó en las aulas escolares, donde aprendimos a gozar con la destrucción. No reconocimos el dolor infligido a los caídos ni el desamparo multitudinario que acompaña a cada una de las victorias imperiales en los libros de historia. La malhadada educación nos bloqueó la solidaridad con los vencidos,impidiéndonos apreciar la rica diferencia y diversidad de la humanidad.
Walter Benjamin nos recuerda que “no hay documento de la civilización que no sea al mismo tiempo un testamento de la barbarie”. Maynard Salomon recalcó que “las posesiones culturales de la humanidad, los más altos logros del espíritu, nacieron intrafeces et urinas de la operación de clase”. Se nos socializó para identificarnoscon los conquistadores, los amos, los de arriba, aunque dependiéramos de los vencidos, los esclavos, los de abajo.
* Dominicanidad y genocidio
La voz narratoria en el Enriquillo de Galván deja incuestionado el sistema colonial genocida, aún cuando objete casos individuales de indigenidad cometidos por españoles contra aborígenes. Las crueldades de los amos en el libro se explican comodesviaciones atribuíbles a la conducta particular de tal o cual funcionario o soldado. La barbarie queda legitimada, dándosele vigor a la noción de que la conquista europea en las Américas fue un gesto de bondad. Nada de lo que se ha creado en la región desde el 12 de octubre de 1492 hasta el presente podrá jamás compensar la sangre derramada en el proceso de la colonización. Ya lo dijeron DiógenesCéspedes, Frank Moya Pons, y muchos otros: legitimar el crimen de ayer es autorizar el de hoy y allanar el camino para el mañana. Se puede afirmar que los celebrantes de la bestialidad colonial que se apandillaron en torno al proyecto del Faro a Colón en 1992, son enemigos de la humanidad, también se identifica con la masacre del 1937, el asesinato masivo de 1962 en Palma Sola, y aniquilar a...
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