Informe de lectura 1, grado en magisterio de primaria

Las normas ortográficas no han variado apenas en décadas, sin embargo, pese a la simplicidad de las mismas, el porcentaje de alumnos que encuentra dificultades a la hora de aplicarlas va en aumento.En mi opinión, el problema se encuentra en el modo de enseñarlas. Un noventa por ciento de los alumnos de primaria sale de sexto sabiendo recitar de memoria frases como “las agudas se acentúancuando terminan en “-n”, “-s” o vocal”, “antes de “p” y de “b” siempre va “m”” o “todas las palabras terminadas en “-ava” se escriben con “v” salvo el pretérito imperfecto”… Ahí veo el fallo, las recitancomo cantinelas vacías, sin sentido ni conciencia de su uso al escribir, por lo que cometen faltas absurdas que deberían tener más que sintetizadas.
Además, es muy curioso ver como, a medida queavanzan los cursos, en vez de ganar comprensión lectora y corrección escrita, van perdiéndola. Entrados en secundaria, la mitad de las cantinelas de la primaria ya no se recuerdan y se duda sobre si unaesdrújula se acentúa siempre o sólo cuando lleva “h” intercalada, por poner un ejemplo.
Este problema que crece sin medida se refleja fielmente en la duda más común de todos los exámenes: “profesor,¿cuánto resta cada falta?”. Creo sinceramente que, llegados a ciertos cursos, las faltas ya deberían ser algo que no se permita, el alumno tiene que aprender a dominar el lenguaje con correcciónabsoluta para poder escribir sobre cualquier materia, sin tener que necesitar 15 o 20 minutos para repasar los problemáticos tándems “b”/”v” o “g”/”j”, las “h”, los acentos, las mayúsculas y un sinfín decosas que se explican en primaria para no tener que redundar en secundaria… En este aspecto encuentro tres opciones, que son las siguientes: que el alumno se forme de manera independiente con ejerciciosy prácticas, que se incluya la ortografía como una asignatura aparte para quien presente dificultades prácticamente insalvables y, por último y para mí la más importante, que en la primaria el...