La chicha entre b lsamo y veneno
Lectoescritura
Universidad de Antioquia
Alzate Echeverri, Adriana María. “La chicha: entre bálsamo y veneno”.
Revista historia y
sociedad
Vol: 12 (2006): 161190.
Adriana Alzate profesora del programa de historia de la Escuela de Ciencias Humanas de
la Universidad del Rosario, en este texto nos transmite los aspectos que influyeron directamente sobre la chicha, las características de lo que significó la perspectiva que
tenían los españoles frente ella y la repercusión que tuvo esto en los indígenas, los
pueblos mestizos, mulatos, negros y hasta en los mismos españoles. Muestra los
problemas que trajo la chicha a nivel económica, moral y de salud, al igual que los problemas que producían los establecimientos en que la producían y distribuían. Pero
también se muestra desde el punto de vista cultural cómo era concebida y lo que
significaba para muchas familias, que era algo cotidiano, desde la chicha dulce (con poco
grado de alcohol) que era usada para acompañar las comidas, la chicha madurada que era
más fuerte, embriagante y se usaba con fines festivos; y también era utilizada con fines
medicinales para tratar las diarreas. En el texto se desarrollan cuatro temas muy importantes que nos especifican las
características y los sucesos que pretenden mostrar cómo fue percibida durante este
período la chicha.
El primer punto que se describe en el artículo es
las quejas y condenas contra la
chicha,
en el que se les critica múltiples aspectos como el orden público, la moral y las buenas costumbres, la economía, la higiene y la salud pública. por lo cual fue condenada
culpable de mayor parte de las riñas, peleas, delitos y desafíos al poder, y no sólo fue
condenada por opiniones oficiales sino también por los eclesiásticos quienes aparte de
mencionar las borracheras como la destrucción del cuerpo, el olvido de la moral
argumentaban especialmente, el hecho de que ellas favorecen la idolatría. Y en cuanto al aspecto de la falta de higiene las quejas eran bastantes sobre los escasos estándares de
salubridad que se manejaba tanto para el procesamiento como para el desecho de los
residuos de éste.
En el segundo punto se enfatiza en los
intentos de control
, los cuales durante 1628
prohibía a todos los habitantes de la ciudad, hacer, vender y tomar chicha, bajo la pena de multa por 200 pesos, que eran pagados en dinero o en azotes, posteriormente se intentó
multar con seis pesos anuales a cada chichería y se buscaba mejorar su mal aspecto. En
cuanto a salud se intentaba controlar por dos grandes motivos, la condena de su abuso y
la prohibición de añadirle sustancias que ocasionaban muchas enfermedades y contagios que se extendían provocando la muerte de muchos, cosa que afectaba al cabildo ya que
disminuía los tributos y la productividad en las labores. En 1693 el arzobispo de Santafé
Ignacio de Urbina excomulgaba a quienes compraran, vendieran o fabricaran chicha y
aguardiente pero dos razones lo obligaron a continuar haciéndolo ya que en la mayoría de
casos no tenía la prueba visual de tal hecho, y en segundo lugar porque el cabildo de la ciudad después de que la real audiencia ordenara levantar tales prohibiciones argumentó
que la chicha era principal alimento de la clase pobre. Luego en 1717 los dueños de las
chicherías que conservaban buenas costumbres debían pedir licencias para continuar su
funcionamiento, y luego se abstuvieron de prohibir el consumo de chicha ya que estas
representaron el 12.7% de ingresos totales del cabildo y del Hospital San Juan de Dios de Santafé debido a que alquilaban las tiendas donde se habían establecido chicherías, por lo
cual constituyó un gran interés económico, lo cual resulta bastante cuestionable dado que
los curas que tanto enjuician este consumo, a la vez se beneficiaban de la venta de esta
bebida.
Como tercer punto que se resalta en el artículo muestra
un caso en Charalá, ...
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