la constitución
por Silvio
ZAVALA
I
En 1935 publiqué la primera y hasta ahora única edición de la obra
que lleva por título Las instituciones jurídicas en la conquista de América.
No perdí interés por el tema y vi con agrado que, al correr de los
años, iban apareciendo trabajos que lo enriquecían y aclaraban. Por ello
no me di prisa en publicar otraedición; ya que, si bien la primera estaba
agotada, y de cuando en cuando recibía sugerencias en el sentido de
volverla a dar a la imprenta, pensaba hacerlo cuando el manuscrito estu
viera corregido y aumentado. Ahora bien, me di cuenta de que este pro
pósito alteraría mucho el texto original; de suerte que he preferido de
jarlo tal como apareció en la primera edición y redactar unasadiciones
en las que recojo las reflexiones que han madurado con posterioridad a
la fecha de la primera edición y también cito la bibliografía aparecida
desde entonces o que no pude tener presente cuando emprendí la redac
ción. Porque debo decir que este tema —la conquista del Nuevo Mundo
por los europeos— tiene cultivadores en varias partes del mundo y no
siempre es fácil consultar labibliografía.
En el presente capítulo voy a referirme al tema jurídico que plan
tea el descubrimiento de América; es decir, a esa cuestión que se conoce
generalmente como la de los justos títulos a la posesión de las Indias
Occidentales. En torno de esta materia, los autores de la época solían
manifestar sus opiniones, ya sea a favor, ya sea en contra de los hechos
de guerra y dominación que habíanocurrido; y, como vamos a ver desde
ahora, intervienen en el debate muchos antecedentes de siglos anteriores,
unos de la época clásica, del pensamiento griego o romano, y otros fun* Curso impartido en El Colegio Nacional mayo de 1968.
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MEMORIA DEL COLEGIO NACIONAL
damentalmente de la Edad Media, sobre todo cuando se debaten cues
tiones de extensión o promulgación de la fecristiana, que forman parte
esencial del planteamiento tal como lo concibieron los autores del siglo
xvi. Por eso se puede afirmar que las ideas y las experiencias históricas
que sirven de base a la conquista española de América hunden sus raíces
en épocas distantes del descubrimiento colombino. Es así cuando se tra
ta de las discusiones sobre el derecho de guerra, o bien de las relacio
nes entrelos cristianos y los pueblos llamados infieles, o también cuando
en la terminología de la época se habla del contacto entre hombres ra
cionales y bárbaros, tomando estos términos de la antigua filosofía clá
sica y fundamentalmente de la política de Aristóteles.
Es sabido que el mundo clásico había practicado la guerra y formu
lado doctrinas con respecto a ella, que no se olvidaron en lostiempos
posteriores. Existe, por ejemplo, una obra considerable de Coleman Phillipson sobre el derecho internacional y las costumbres en la Grecia anti
gua y en Roma, donde se encuentran muchos ejemplos y exámenes de la
materia. Pero la herencia del mundo clásico, si bien sigue operando, y
la vamos a encontrar repetidas veces en el curso de nuestras explicacio
nes, no obra directamente;porque los autores de fines del siglo xv y
principios del xvi, que en primer término vamos a estudiar, están influi
dos más cercanamente por las doctrinas de la Edad Media.
Con respecto a la actividad guerrera, los autores cristianos estable
cieron la distinción entre la que llamaban guerra justa y la que no lo
era. Sin embargo, algunos incluyeron en su meditación ambos casos, y
lamentaron lasdesgracias que las unas y las otras acarreaban, como se
advierte, por ejemplo, en el célebre pasaje de La Ciudad de Dios, de San
Agustín (XIX, N 9 7), donde se encuentra este pensamiento: "Pero,
dicen ellos, el hombre prudente hará guerras justas. Como si él no hu
biera de lamentar muchísimo la necesidad de las guerras justas, si re
cuerda que él es un hombre, porque si no fueran justas,...
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