La Espera
La noche había llegado. Nos encontrábamos todos, mi familia y yo, en mi casa, cenando. Solíamos cenar tarde, así que, presumo. serían alrededor delas doce. Mis padres habían discutido y, aunque estaban ahora pacíficamente sentados a la mesa, la casa se encontraba aún rodeada de una tensa atmósfera.
La televisión prendida, la pizza en la mesa,las luces del resto de la casa apagadas. Era una cena silenciosa: Mi padre mirando televisión, mi madre pintándose las uñas, mi hermano abstraído en su estudio. Y yo, solo. Aburrido, cansado,esperando que algo sucediera y nos devolviera la capacidad de comunicarnos, que en ese momento, parecía perdida.
Comienzo a entrometerme yo también en lo profundo de mis pensamientos, a separarme de esetenso clima y poder relajarme. De repente, sin haberlo advertido, se había vuelto a generar una gran conmoción. “Otra vez se pusieron a pelear”, pensé con fastidio. Pero no. Dos hombres habían irrumpidoen mi comedor y mi familia, sin éxito, buscaba una escapatoria.
Nos ataron y amordazaron en la habitación de mis padres. Comencé a oír sus conversaciones:
-Nos llevamos todo, nos vamos ylisto...-,decía uno.
-No. Nos vieron la cara. Andate vos que yo los quemo- dijo otro.
Empecé a sudar. Sabía que si no hacia algo, moriríamos. Y ahí la vi: la estufa de mis padres, serviría para quemar lasoga que ataba mis manos. Me acerque a ella con cuidado, pero me caí. Sentí el fuego quemando mis manos, mis muñecas. Contuve el grito. Me sacudí. Logré zafarme; mas caí hacia la puerta y con elrespaldo de la silla, la abrí. Cerré los ojos pensando que sería el fin de mi vida. Automáticamente me llevé las manos a la cabeza, sin recordar que las tenía atadas, pero cuando las sentí en ella, me...
Regístrate para leer el documento completo.