La eutanacia
pisara la faz de la tierra. Puedo imaginarme cuando alguno de los homínidosque
lo precedieron en la evolución, al sentirse enfermo e incapaz de valerse por sí mismo, se
acercó a otro miembro de su misma especie y le pidió que le ayudara (loshomínidos no
hablaban, pero hay otras formas de comunicación diferentes al lenguaje); cuando el homínido
interpelado aceptó proporcionarle la ayuda solicitada, nacióla medicina. En ese momento se
creó la situación social que constituye el centro mismo de la profesión, la esencia y la razón
de ser de la medicina: la relaciónmédico-paciente. A lo largo de la historia, el acto médico ha
sido siempre el mismo: un ser humano que solicita ayuda para resolver su problema médico
y otro ser humano queacepta dársela y lo hace, con más o menos éxito. Los ambientes y las
circunstancias en las que ocurre este acto médico han cambiado a través del tiempo, y en
nuestrageneración se han hecho tan complejos que la relación médico-paciente original se
encuentra gravemente amenazada con transformarse en algo muy distinto. Pero, a pesarde
la amenaza, todavía es válido decir que la esencia y la naturaleza de la medicina se definen en
función de la relación médico-paciente.
En vista de lo anterior,es posible construir un código de ética médica laica basado en los
objetivos de la medicina y centrado en la relación médico-paciente. En principio, puede
aceptarseque los objetivos de la profesión podrán alcanzarse mejor cuando la relación
médico-paciente se dé en las condiciones óptimas. Este principio es razonable, se refiere en
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