La formación de los docentes

Una educación orientada al desarrollo
humano integral para el cambio de época.
la formación de los docentes

Ángel R. Villarini Jusino, Ph. D.[1]

“No me importa nada más... Lo que significa, lo que tiene importancia para mi es servirle al pueblo haciendo bien lo que tengo que hacer.”

Vivimos un momento histórico de “cambio de época”, que se manifiesta nosólo por el carácter globalizado que adquiere la civilización bajo el estimulo de la revolución tecnológica en las comunicaciones, sino también por el protagonismo social, económico, político y cultural que adquiere el pueblo, es decir, los grandes sectores sociales hasta ahora marginados por élites y oligarquías dominantes. Es el momento de una nueva generación de democracia, de nuevas formas dela misma, que sustituyen a la forma burguesa de la modernidad. Es el momento de la rebelión no ya de las masas, sino del emerger de los pueblos. Estamos en los albores de nuestra segunda liberación, la de los pueblos; la de la creación de auténticas democracias.
Tradición y tareas educativas del presente: la construcción de pueblos para las nuevas formas de democracia

Consideramos que desdeel siglo XIX se constituye en nuestra América una tradición pedagogía, o mejor, como preferimos llamarla, una teoría-práctica de la educación, latinoamericana, que a diferencia de la europea y la estadounidense, es una interdisciplina, en la que se combinan en forma sintética y crítica, ciencia, ética, sociología, antropología, epistemología, lingüística, psicología y tecnología en el marco de unproyecto político humanista emancipador. De esa tradición nos sentimos herederos y por ella somos convocados los educadores organizadores de este gran evento.

Alcanzada la emancipación política de casi todas las colonias hispanoamericanas, para la segunda mitad del siglo XIX, se hace claro, que con el establecimiento del régimen constitucional republicano tan sólo se ponía un marco legal parala verdadera liberación de nuestros pueblos. José Martí resumió magistralmente la tarea que la educación tenía por adelante al afirmar que: “Hombres haga quien quiera hacer pueblos”. Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar recalcaba por su parte: “Yo dejé la Europa (donde había vivido veinte años seguidos) por venir a encontrarme con Bolívar; no para que me protegiese, sino para que hiciese valermis ideas a favor de la causa. Estas ideas eran (y serán siempre) emprender una Educación Popular, para dar ser a las Repúblicas imaginarias que ruedan en los libros y en los Congresos… Educar es enseñar al hombre a tratar con las cosas e infundirle ideas sociales…saber vivir en República” (Simón Rodríguez, 1975). El puertorriqueño Eugenio María de Hostos (1839-1903) fue más preciso aún: sin pueblola democracia no es sino una palabra retúmbate y no hay pueblo sino hay personas autónomas, es decir con capacidad para gobernarse; personas de conciencia. Este es el gran reto que la actual circunstancia histórica vuelve a plantearle a los educadores latinoamericanos.

Por medio de la educación nos humanizamos cuando, simultáneamente, nos apropiamos la cultura producida por las generacionesanteriores y desarrollamos los órganos de la conciencia que hacen posible tal apropiación. Con acierto llamó Hostos a la conciencia “aquella fuerza que nace de la que por separado tienen el entendimiento, la sensibilidad y la voluntad” y que porque las une puede determinar el comportamiento. Con el desarrollo de la conciencia así entendida el ser humano deviene tal, es decir, se hace autónomo, tomacontrol de su vida, individual y colectiva, y se convierte en co creador de la misma. Por ello llamó Hostos al ser humano “obrero de la vida”, y consideró la educación de la conciencia como el “deber de los deberes”, e hizo de la tarea de contribuir a su formación la actividad central de los educadores. Los educadores somos sobre todo “guías” en la formación de la conciencia crítica de los...