La hora de triunfar llegó
Estoy muy cansada, tengo dos horas tratando de dormir y no logro conciliar el sueño, mi cuerpo está adolorido y mi alma muy triste, pero lo que siento no es consecuenciade los sucesos de hoy, ¡no! Es el corolario de mi vida.
¡Qué ironía! ¿Tendré que contar ovejas sí por mí las ovejas contaron? No, no es el remedio, me levantaré a buscar una solución en el botiquínde la lógica reflexiva
Mi agotamiento es tal que no puedo pensar, parece que hasta estoy disfrutando mi sufrimiento, el esfuerzo por pensar terminó consumiendo mis últimas fuerzas de este día,estoy somnolienta, al fin me invade la lasitud.
¡Qué bello este país! El pueblo donde nací, el de los geomoros y los demiurgos. Quisiera nunca haber salido de aquí. ¡Pero si estoy en medio de unjuicio¡ ¿De qué se me acusa?
─ ¿Podría hablar un poco más alto?, no le escucho. ─ Preguntó tratando de oír lo que una imagen borrosa le decía.
─ Tú, sin duda, has sido mejor donde no existe la ley perodonde dónde ésta se respeta plenamente haz actuado desastrosamente. ─ Dijo el noble filósofo severamente.
─ Su opinión es muy valiosa sin embargo he procedido siguiendo los designios de lasmultitudes. ─ Mientras respondía buscó la mirada de la figura, no la encontró pues esta se desvaneció y súbitamente emergió otro inculpador.
─ Diste poder a los faltos de talento para decidir sobre gestionesfuera de su alcance.
─ La pobreza de un hombre no le impide prestar servicios al estado sólo por lo oscuro de su condición. ─ Replicó firmemente, iba a seguir argumentando pero no tuvo a quienhacerlo.
─ Es una gran temeridad y ocasiona abundante confusión querer igualar a aquellos a quienes la propia naturaleza los ha hecho desiguales.─ Esa fue la imputación del espíritu que se parecía a unhistoriador jesuita.
─ Efectivamente asumí el riesgo de escuchar a buenos y malos, todos alimentaron mi sapiencia y mi juicio se enriqueció. Confío en el buen sentido de la humanidad para decidir y...
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