La ola
El docente propone su experimento como un juego y convoca la elección democrática de un líder. Tras un interesante tanteo de candidatos, es el profesor quien resulta elegido. Los pasos sucesivos son de máximo interés, no pierdan detalle. Una vez “en el poder legítimo”, el profesor cambia su actitud jocosa por un papel autoritario eimpone medidas disciplinarias: Silencio, postura quieta y erguida en la silla, pedir permiso y ponerse en pie para hablar… Con la simple explicación de que todo eso es bueno para el organismo, acalla las protestas. Usando la misma bondadosa excusa exige comenzar las clases haciendo un ejercicio: Marcar el paso al estilo militar, añadiendo el astuto argumento de que, con el estruendo del pateosimultáneo, molestan a “los de abajo”. No es casualidad que “los de abajo” sean otro grupo que sigue un seminario sobre anarquía. Los alumnos, divertidos y entregados al jueguecito, sorprenden al profesor tomando la iniciativa de ponerse en pie y cuadrarse cuando entra en clase.
La experiencia que pone en práctica el profesor trata, sobre todo, de demostrar la potencia intrínseca e irracional de ungrupo rígidamente adoctrinado, disciplinado, organizado y cohesionado. El líder electo, convertido ya en dictador populista, propone la necesidad de escoger un nombre que identifique al grupo. Los alumnos hacen propuestas y él va anotando las ideas en la pizarra. Todas menos la de una alumna que, desde el principio, muestra señales de “disidencia”. A esta inteligente y librepensadora jovencita,ni caso. Al final, queda fijado un nombre: “La Ola”. El docente propone el uso de un “uniforme” que los distinga -tan sólo camisa blanca y vaqueros- y designa a un alumno poco aceptado, pero que sabe dibujar, para que diseñe el logo grupal. Creo que es éste mismo muchacho quien inventa un saludo propio del grupo, un movimiento de brazo, parodia de gesto militar, que enseguida es acogido yutilizado.
Con toda esta parafernalia simbólica, el profesor-dictador consigue que se sientan un nosotros en oposición a los otros. Cuando, en una situación de acoso, se defienden entre ellos, todos, especialmente los más débiles, saborean una sensación de seguridad que desconocían. Las reticencias iniciales desaparecen. Los disidentes son expulsados del grupo y su libertad de expresiónentorpecida y secuestrada. Sin la camisa blanca y el saludo de rigor, se está mal visto y excluido de fiestas y actividades. Los militantes llenan el instituto y la ciudad de pegatinas y pintadas con su logo. Los alumnos de otros grupos, incluyendo varios del seminario sobre anarquía, se apuntan a La Ola. Los que no caben o son de otros cursos, se convierten en “simpatizantes”. Muchos compañeros delinstituto, aun sin comulgar con el asunto, se adhieren a la movida, en cuanto se dan cuenta de que “conviene”. El grupo ya se ha convertido en un “movimiento”, que arrastra poco a poco a casi todo el alumnado.
El profesor, gracias a la ayuda de su esposa y de su alumna disidente, verdadera y heroica protagonista de la historia, adquiere consciencia del monstruo que ha creado, que ya amenaza...
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