La seducción

Mi muy generoso y tenaz amigo Jairo.

El objeto de la escritura, es comprender la vida, y en esto no se puede ser cauteloso, el escritor no puede darse el lujo de esconderse, mucho menos de camuflarse, decididamente debe estar expuesto a la vida. La vida, así lo comprendo, está llena de símbolos, es un bosque de símbolos, de los que el hombre se sirve para alejarse o acercarse a ella. Algunasveces ellos arrebatan la existencia, consumen la conciencia. Entonces, la cuestión es entregarse al experimento entresacando, debajo de los ambientes y las formas, una estética contestataria, (prefiero alternativa), primaria, a veces irracional, pero siempre sensitiva: lo que cuenta es la intensidad de las emociones. Lo que importa, y eso quiero, es que nadie se sienta culpable por tener algo quecomunicar. Lo revolucionario es la libertad de expresar sus propias profundidades. Entre paréntesis –mi escritura es el producto de un estado de excitación, agotado de sentirme una pieza más dentro del engranaje en el que suelen acabar los hombres, prefiriendo el rechazo a las filosofías, ideologías o teologías y en cambio aceptando una rigurosa transformación de la actitud y la palabra, laspalabras en su más exacta gravedad-

Sin duda, el primer objetivo del escritor es seducir al lector. Seducir para que siga leyéndole, para que no le abandone y se vaya con otro, seducir con lo más aparente, la forma, el tono, la manera, más que por el sentido, sometiéndole a un tira y afloja constante, dando y recelando, ofreciéndose y negándose, envolviéndole. Deleuze aseguraba que “toda escrituraes una carta de amor” y, por tanto, está sujeta a los mecanismos de la seducción. El texto es siempre un pretexto amoroso. Entre otras cosas, escribimos por el deseo narcisista de seducir. Esa imagen de narciso inclinándose hacia su propia imagen da para mucho. El espejo del agua no es una superficie en la que pueda desdoblarse, reflejándose, sino un elemento de absoción. Narciso, inclinadosobre el lago apaga la sed, lo que por supuesto no consigue inmerso en él. La imagen que busca no es otra distinta de sí mismo.

Pienso, además, que este escribir (me), al igual que el amor, se engendra en el deseo de pervivencia, que a mi entender, solo tiene que ver con el ansia de posesión perdurable de lo que es bello y que Platón identificaba con lo bueno y los surrealistas con lo insólito,perturbador o misterioso. Lo bello o turbador, lo que nos hace sentir con plenitud, nos es otorgado a los humanos en contadas ocasiones y casi siempre de manera fugaz. La palabra hablada es prisionera del instante y solo su fijación por escrito la hace libre y perdurable. Solo de este modo, declarándome por escrito, escamoteando la presencia, me siento capacitado para vencer mi timidez infinita eincluso para diluir, entre las líneas de la caligrafía, las posibles culpas.

A pesar de toda mi tristeza por la imperfección y la falta de claridad de los actos humanos, estoy convencido que hay verdades inconmovibles. Un impulso cognoscitivo, la observación de la vida y una suerte de gravitación afectiva cuando pienso en vos, me obligan a esta declaración inicial: La amistad no es menosmisteriosa que el amor o que cualquiera de las otras dimensiones de esta imaginada y compleja existencia.

Declararme, también por el arte de la amistad… por el amor que nos deja ver a los otros como los ve la divinidad... Por el olvido, que anula o modifica el pasado... Por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio… Por una cifra de cosas que no sabemos…

Los amigos son para quererlos,pero también para exigirles que estén a la altura. En esta sociedad hipócrita que cultiva el irreconocimiento y el desprecio por el otro, de acostumbrados modales mentirosos y deslealtades, nada de complacencias con los amigos, nada de dobleces, ni cartas ocultas, ni trastiendas. Ahora, no es casual que el recuerdo me haya traído casi directamente (la memoria siempre es casi) a las conspiradoras...