La vida en el ocaso

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Muy Cerca de mi ocaso yo te bendigo vida
Porque nunca me diste ni esperanza fallida
Ni trabajos injustos ni pena inmerecida.
Porque veo al final de mi rudo camino
Que yo fui el arquitecto de mi propio destino.
AMADO NERVO.
Introducción.
La vejez y la muerte son dos realidades que acompañan a la vida. La primera no todos los que nacen van aexperimentarla. La segunda,es una certeza para todos. Desde el momento de nacer y aun antes, la muerte se convierte para cada ser humano en una posibilidad, tal vez la única que invariablemente ha de cumplirse para todos.
Seguramente la conciencia de nuestra finitud sea el motivador para hacer cosas, para tratar de realizar en nuestra vida nuestros proyectos, nuestros sueños. No podemos ir dejandotodo para mañana porque el mañana puede no llegar para nosotros. Quizá nuestra finitud alimenta nuestro deseo de trascender, de dejar huella en el mundo.
Para quienes tienen la fortuna (o la desgracia) de llegar a la vejez, la muerte se convierte en algo cada vez más real y más cercano. Y esto adquiere un carácter más dramático cuando la persona se enfrenta al diagnóstico de una enfermedadgrave. Es entonces que comienza o una lucha encarnizada con la muerte o una reevaluación de la propia vida que lleva a la persona a intentar vivir las cosas que le faltan.
El psiquiatra Erik Erikson postuló una teoría del desarrollo psicosocial que propone que el ser humano a lo largo de su vida atraviesa por ocho etapas. Cada una de esas etapas tiene un desafío y conlleva la adquisición deuna virtud. La tarea de la última de estas etapas, Erikson la llamó Integración del Yo frente a Desesperación. El propone que la persona necesita lograr una integración de todos los elementos de su persona y de todas las experiencias de su vida, sean positivas o negativas. Es necesario que en esa revisión de la propia vida logremos integrar positivamente nuestros aciertos y nuestro errores,reconocer con satisfacción lo que se ha logrado y aceptar maduramente lo que no se logró, o de lo contrario caeremos en la desesperación al tener la percepción de que desperdiciamos nuestra vida y ya no nos queda tiempo para hacer lo que no hemos hecho hasta ahora.
Si se logra esa integración de la que Erikson habla, la virtud que se adquiere es la sabiduría. Y esto nos lo puede confirmar el hecho deque culturalmente la imagen o el símbolo de la sabiduría están relacionados con la vejez. En casi todas las sociedades, al menos hasta hace poco, la vejez se consideraba una etapa de la vida rica en experiencia y sabiduría, por lo que se respetaba a los ancianos.
Hace algunas semanas tuve la oportunidad de ver por segunda vez la película “Antes de Partir”, protagonizada por Morgan Freeman y JackNicholson. La película trata sobre la vida de dos hombres en su etapa de adultez tardía, que reciben el diagnóstico de un cáncer terminal.
El hombre de color es un hombre que lucho toda su vida por salir adelante, que dejó atrás su sueño de ir a la universidad por la necesidad de trabajar y mantener a su esposa y a sus hijos, pero que ha sublimado su sueño aprendiendo por su cuenta yconvirtiéndose en una especie de mentor para los jóvenes con quienes convive en su trabajo. Es un hombre orgulloso de su vida, de sus logros, de los logros de sus hijos, con una buena relación de pareja.
El otro hombre (Jack Nicholson) es un hombre rico, pero solitario. Se casó varias veces y de uno de esos matrimonios tuvo una hija a la que no ve desde hace muchos años. Las personas que le rodean leatienden y le sirven pero él no ha creado vínculos con nadie y es una persona fría, soberbia y despectiva en su trato con los demás.
Estos dos personajes pueden ejemplificar las dos posibilidades de las que habla Erikson para esta última etapa de la vida. Mientras que el anciano de color acepta su condición e inicia una lista de cosas que le gustaría hacer antes de morir, el otro es un enfermo...