Laberinto De La Soledad
Metodología Jurídica
CENTRO JURIDICO UNIVERSITARIO
Prof. Diego Alonso Díaz Herrera
A todos en algún momento, se nos ha reveladonuestra existencia como algo particular,intransferible y precioso. Casi siempre esta revelación se sitúa en la adolescencia. Eldescubrimiento de nosotros mismos se manifiesta como un sabernos solos;entre el mundo ynosotros se abre una impalpable, transparente muralla: la de nuestra conciencia. Es cierto queapenas nacemos nos sentimos solos; pero niños y adultos pueden trascender su soledad yolvidarsede sí mismos a través de juego o trabajo. En cambio, el adolescente, vacilante entre la infancia y la juventud, queda suspenso un instante ante la infinita riqueza del mundo. El adolescente seasombrade ser. Y al pasmo sucede la reflexión: inclinado sobre el río de su conciencia se pregunta si mismos a través de juego o trabajo. En cambio, el adolescente, vacilante entre la infancia y lajuventud, queda suspenso un instante ante la infinita riqueza del mundo. El adolescente se asombrade ser. Y al pasmo sucede la reflexión: inclinado sobre el río de su conciencia se pregunta si eserostro queaflora lentamente del fondo, deformado por el agua, es el suyo. La singularidad de ser —pura sensación en el niño— se transforma en problema y pregunta, en conciencia interrogante
Lapreocupación por el sentido de las singularidades de mi país, que comparto con muchos, meparecía hace tiempo superflua y peligrosa. En lugar de interrogarnos a nosotros mismos, ¿no seríamejor crear, obrar sobreuna realidad que no se entrega al que la contempla, sino al que es capaz desumergirse en ella? Lo que nos puede distinguir del resto de los pueblos no es la siempre dudosaoriginalidad de nuestrocarácter —fruto, quizá, de las circunstancias siempre cambiantes—, sino lade nuestras creaciones. Pensaba que una obra de arte o una acción concreta definen más almexicano —no solamente en tanto que lo...
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