Las buenas conciencias
“Las buenas conciencias”, por ejemplo, data de 1959 y es un clásico de la literatura mexicana. Si unoevalúa esas características, es probable que crea que, a esta altura, no tenga sentido leer este material que, probablemente, tenga un argumento detenido en el tiempo.
Sin embargo, aldescubrir qué historia se cuenta en el libro, uno toma conciencia de que sí, en efecto, el contenido se ha estancado en el México de la primera mitad del siglo XX, pero esa decisiónpremeditada del autor no lo vuelve antiguo, sino atractivo para aquellos que se interesan por la historia y las transformaciones socioculturales de un determinado país.
En este caso,“Las buenas conciencias” invita a todo lector a conocer las vivencias de Jaime Ceballos, un personaje joven que se siente confundido y no sabe qué rumbo tomar, si dejarse convencer por lamoral de su familia, sus impulsos religiosos, el ámbito de las buenas costumbres y los vínculos sociales o por la idea de vivir sin sus verdaderos padres pero con la alegría dedescubrir la vida y guiarse por sus impulsos físicos.
Si recién descubren esta obra y quieren leerla, adelante: todavía están a tiempo de conseguir un ejemplar de “Las buenas conciencias”.
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