Lectura sobre el perdon
-Creoque venir aquí ha sido la mejor idea que he tenido en mucho tiempo –dijo el padre.
-Lo decidimos juntos –le contestó- La idea fue de los dos.
-Bueno, sí, es verdad. Hace un día estupendo. Hacía añosque no disfrutaba de un día como éstos. Me encanta este sol. ¿Te has puesto crema protectora? –le preguntó.
-Humm, no. ¿Para qué?
-Con este sol te puedes quemar. ¿No recuerdas lo que te decía tumadre?
-No. No recuerdo nada de ella –respondió el hijo- Ni quiero intentarlo
-Todavía le guardas rencor, ¿no?
-Sí.
-No me parece bien tu actitud –le dijo su padre- Si la quieres olvidar, vale, loacepto. Pero guardándole rencor no la olvidarás nunca.
-¿Por qué no hablamos de otra cosa? –dijo malhumorado.
-Luego, déjame seguir, esto es importante. No quiero que vivas con eso dentro para siempre…que la verdad no sé lo que es. Ayúdame a averiguarlo, por favor. ¿Qué sientes hacia ella?
Ella se fue de casa hace tres años. Una noche, el padre se despertó de madrugada y cuando rodó en la camapara chocar con el cuerpo de su mujer, lo único con lo que se encontró fue con el suelo. Se levantó con un miedo que nunca había sentido y la buscó por toda la casa. Uno de los peores presentimientosque habían acudido a su cabeza se cumplió. “Me he ido. No me busques ni me esperes. Algún día sabrás la razón de mi huida”, decía la nota que dejó mal pegada en la puerta de casa. El porqué se fue no losabía ninguno de los dos, pero sí que especulaban con que había conocido a otro hombre, algo que el padre no podía o se negaba a creer.
Desde ese día, el cariño que el hijo había sentido hacia...
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