Locura y psicosis

El hecho de que la locura sea parte de nuestra vida ya no nos impresiona. El psicoanálisis lacaniano muestra esta característica, lo que en algún momento de la historia se interpreto como si el cuerpo fuera tomando por los espíritus a modo de posesión diabólica.
Las psicosis constituyen un trastorno cualitativo de la personalidad, global y por lo general grave, cuya aparición implica, a menudo,una ruptura en la continuidad biográfica del paciente. Sin embargo, el concepto de psicosis no responde a una realidad homogénea. Con frecuencia se define por oposición al concepto de neurosis. En tal caso, lo más coherente sería considerar que el enfermo psicótico no tiene conciencia de su enfermedad y/o no efectúa una crítica de ella, en tanto que el neurótico reconoce sus síntomas.

Una delas psicoanalistas que trabajo con la psicosis fue Melani Klein que propuso la técnica de abordamiento en la psicosis infantil, la psicosis para Klein se dará a partir de una regresión temporal hacia la fase esquizoparanoide de su desarrollo hacia la fase depresiva.

En su seminario III sobre la psicosis Lacan, menciona que “el delirio podía considerarse como una perturbación de la relación con elotro, y esta por lo tanto vinculado a un mecanismo transferencial”. Ahora bien que es la transferencia, más que el fenómeno que barca tanto al paciente como al psicoanalista. Es claro que sin forzar la situación, hay fenómenos transferenciales en la psicosis.

Michel Silvestre señala:
“el psicótico no es lo que sabe, eso que los psiquiatras llaman una convicción delirante es ya, de su parte,una interpretación, la confrontación del psicótico con el fenómeno elemental es, por el contrario, enfrentamiento con un real precisamente sin la mediación de un saber, y justamente porque el psicótico se esfuerza por entender estos fenómenos- domarlos- porque se esfuerza en darles una significación, busca un saber para operar esta mediación” (transferencia e interpretación de la psicosis).Podemos interpretarlo como que el psicótico busca un sentido, pero esta demanda no incluye el deseó del otro si no al otro como destinatario o demanda, dirigirse a este destinatario al psicótico será poder comprobar que el otro está ahí, entendiendo que en la psicosis hay falta del significante Nombre- padre.

Freud describe al psicótico como “un cuerpo de escritura”, y por lo tanto, lo que leemos ene, es lo que no debemos hacer, el psicótico plantea su propio juego.
Si quisiéramos exigir una teoría sobre la psicosis nos remitiríamos a la paranoia, la cual en su momento agrupa con la histeria y un poco menos con la neurosis obsesiva.

Freud escribe que “en la paranoia, las escenas originarias tienen lugar después de la segunda detención y son evocadas en l madurez, la defensa se manifiestaentonces como incredulidad. La paranoia es la neurosis que menos depende de los determinantes infantiles.”
Por lo tanto podemos ver que en la psicosis y la neurosis se juega siempre algo del orden de la realidad ya que esta se constituye a partir de un juicio de existencia.

Entonces podemos entender que hay una distinción entre locura y psicosis, la locura es propia de cada sujeto y lapsicosis se encuentra en estado latente, la puede desencadenar, hasta un análisis. Puede por lo tanto que la locura esté más cerca de la condición humana.

Uno de los avances más importantes de Lacan es el de hacer de la psicosis un asunto de sujeto, esto quiere decir que que no se trata de evaluar a un loco en términos de déficit o disociación de funciones aunque las neurociencias vayan adelantadas,lo que no cambiaran en nada la psicosis que nos prometen. En la psicosis se establece un corte, una sustracción en lo real y es como si se restituyera por la vía de la alucinación.
Freud dice que la proyección es insuficiente para caracterizar a la psicosis. Para él, los reproches, las alucinaciones y las voces se hallan en el retorno de un fragmento hasta entonces olvidado de la vida...