Mano factura esbelta
Frijoles, semillas de girasol, granos... todo puede servir y es la base de la incipiente revolución de los biocombustibles en Europa. La metaes que en lugar de depender de las importaciones de combustibles fósiles caros, los automóviles usen derivados de los cosechas y de otras sustancias naturales. Los defensores de los biocombustiblessostienen que las nuevas tecnologías sustentables pronto ofrecerán productos limpios, seguros y económicos que reducirán las emisiones de dióxido de carbono.
Sin embargo, existen grandes retos:producir y cultivar las materias primas adecuadas, perfeccionar la tecnología para procesarlas y comercializarlas de acuerdo con estándares establecidos requiere cuantiosas inversiones.
Los nuevoscombustibles tendrán que ser compatibles con los actuales, con sus sistemas de distribución y con los vehículos existentes. Además, tardarán mucho más en volverse de uso generalizado si necesitan nuevosmotores o si deben hacerse adaptaciones a las estaciones de servicio o a los tanques. Tampoco funcionarán si producirlos implica reducir la superficie destinada al cultivo de alimentos o si suprocesamiento resulta muy caro o genera demasiados gases de efecto invernadero.
Hasta ahora, empresas de la Unión Europea han usado trigo y remolacha para elaborar etanol, un combustible que puede utilizarse envehículos especialmente adaptados y, más importante aún, convertirse en un aditivo para gasolina (etil terbutil éter) que puede utilizarse sin necesidad de modificar los motores.
En la Unión Europeatambién se produce biodiesel a partir de oleaginosas (colza, girasol y soya, principalmente) que se convierten en ácidos grasos. Más de mil 500 estaciones de servicio en Alemania venden biodiesel...
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