Meli

Los Malos Viajes de Serres y Bukowski

Drogas. No cabe duda que semejante tema puede convertirse en una tentadora base para moralizar. Marihuana, cocaína, opio, tabaco, alcohol, LSD, bazuco,burundanga, heroína, pegamento, cafeína, válium y viagra se han convertido en los apelativos de lo maligno desde la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI. ¿Dónde habrán quedado Luzbel,Lucifer, Satanás, Belcebú, Verrier, Astaroth, Belguerosth, Voldermoth y Sauron? Algunos dirán: viven en las drogas. Son los que tientan a los jóvenes a su propia perdición. Ellos aparecen en nuestrasescuelas y les ofrecen a nuestros muchachos sustancias psicoactivas que los degradan. Otros, en cambio, dirán que ya no necesitamos del diablo ni de sus poderes para efectuar nuestra autodestrucción:tenemos las contingencias del libre albedrío, la bomba atómica y nuestro instinto de muerte, herramientas básicas para crear las pesadillas de nuestra época. El Anticristo podría pasar perfectamentedesapercibido. Nosotros solitos nos vamos enredando. El problema de las drogas no es maligno en sí. Sin duda puede ser nocivo, como el trabajo en exceso, los ayunos desmesurados, las penitencias conautoflagelaciones llenas de devotos, mártires y fanáticos, las simpatías políticas o los sistemas crediticios (no sobra recordar que fármaco, en su etimología, significa tanto medicina como veneno, locual depende de su medida). Pero su condición de maldad más bien es producto del significado que les damos a ellas. Un asunto que involucra al lenguaje. Establecemos condiciones morales a las drogaspor el tipo de significado que les asignamos. Satanizarlas termina siendo un juego de apelativos. Y los que nos rigen hoy en día es producto de una racionalidad moderna que nos habla en términos desalud pública, economía, sistemas eugenésicos, control demográfico, educación y producción eficiente. Y esto es lo que tanto Michel Serres y Charles Bukowski nos muestra con sus respectivas reflexiones....