metafísica critica
Historia del pensamiento filosófico y científico
, Barcelona, Herder. 1995
Aristóteles: la metafísica
Aristóteles dividió las ciencias en tres grandes sectores: a) ciencias teóricas, es decir, ciencias que buscan el
saber por sí mismo; b) ciencias prácticas, es decir, ciencias que buscan el saber para lograr por su intermedio la perfección moral, c) ciencias creadoras o productivas, aquellas ciencias que buscan el saber con vistas a un
hacer, con el propósito de producir determinados objetos.
Las que poseen una dignidad y un valor más elevados son las primeras: la metafísica, la física —que abarca
también la psicología— y la matemática. Por lo tanto, conviene iniciar nuestra exposición a partir de las
ciencias teóricas, más aún, a partir de la más elevada de ellas: todas las demás ciencias adquieren su cabal
significado gracias a ella y en función de ella.
¿Qué es la metafísica? Es sabido que el término «metafísica» (lo que está más allá de la física) no es un
término aristotélico. Quizás fue acuñado por los peripatéticos, si es que no surgió más tarde, con ocasión de
la edición de las obras de Aristóteles realizada por Andrónico de Rodas, en el siglo I a.C. En la mayoría de
los casos Aristóteles utilizaba la expresión «filosofía primera» o incluso teología, en oposición a la filosofía
segunda o física, pero el término metafísica fue considerado más expresivo y obtuvo las preferencias de la
posteridad. En definitiva la filosofía primera constituye precisamente la ciencia que se ocupa de las
realidades que están por encima de las realidades físicas. De manera constante y definitiva, fue denominado
metafísica —siguiendo las huellas aristotélicas— todo intento del pensamiento humano que se propusiese ir
más allá del mundo empírico para llegar a una realidad metaempírica.
Aristóteles definió la metafísica de cuatro maneras diferentes
: a) la metafísica indaga las causas y los
principios primeros o supremos»; b) «indaga el ser en cuanto ser»; c) «indaga la substancia»; d)
«indaga a Dios y la substancia suprasensible». Estas definiciones configuran y dan una perfecta expresión
precisamente a las directrices de acuerdo con las cuales se había desarrollado todo el pensamiento
precedente, desde Tales hasta Platón, directrices que ahora Aristóteles reúne en una síntesis poderosa.
Adviértase que las cuatro definiciones aristotélicas de la metafísica no sólo se hallan en armonía con la
tradición filosófica que precede al Estagirita, sino que están también en perfecta armonía entre sí. Una lleva
estructuralmente a la otra y cada una de ellas conduce hacia las otras tres, en perfecta unidad. Quien busca
las causas y los principios primeros, debe necesariamente encontrar a Dios, porque Dios es la causa y el
primer principio por excelencia (en consecuencia, está haciendo teología).
A partir de las demás definiciones, también se llega a idénticas conclusiones: preguntarse qué es el ser quiere decir preguntarse si sólo existe el ser sensible o también un ser suprasensible y divino (ser teológico).
Asimismo, el problema sobre «qué es la substancia» implica el problema sobre «qué tipos de substancias
existen», sólo las sensibles o también las suprasensibles y las divinas (lo cual es un problema teológico).
Fundándose en esto, se comprende a la perfección que Aristóteles haya utilizado sin vacilar Las cuatro
causas el término «teología» para indicar la metafísica, dado que las otras tres dimensiones conducen
estructuralmente a la dimensión teológica. ¿Para qué sirve esta metafísica?, quizás se pregunte alguien.
Plantearse dicha pregunta significa situarse en un punto ...
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