Mi Encuentro Con Velázquez Y Las Meninas.

Páginas: 10 (2256 palabras) Publicado: 20 de febrero de 2013
Ma. Del Carmen Portilla Diéguez
Literatura Y Arte Contemporáneos.
Mayo, 2012
MI ENCUENTRO CON VELÁZQUEZ Y LAS MENINAS

Eran las doce del medio día, el avión que me llevaría al origen de mis raíces, estaba a punto de despegar, un cúmulo de sentimientos se agolpaban en mi estómago, en mi corazón y en mi cabeza. Conocer el país del que tanto me habían hablado mi abuela y mi madre, me llenabade una gran emoción. Después de diez horas de vuelo y de un viaje algo movido, llegamos, ahí estaba, rodeada de mucha gente, pero exhorta en mis pensamientos; lo que toda mi vida había sido un sueño, ahora se hacía realidad.
Recogí mi equipaje, me dirigí a la salida y busqué un taxi que me llevara al hotel. En el camino pude admirar la belleza de esa ciudad, y de pronto ahí estaba, grandioso ymagnífico como lo había visto tantas veces en revistas y en la televisión. En su interior coexisten hombres y mujeres de todo el mundo, de todas las épocas. Algunos pensarían que en ese espacio el tiempo se detuvo, otros dirían que al transitar por sus salas y pasillos te transportas de la Edad Media a la Edad Contemporánea; de Portugal a Holanda, de la gloria al infierno. Sus paredes muestranpaisajes que nunca antes se habían visto, modos de vida que nunca hubiéramos imaginado. Confluyen ideas, pensamientos y sentimientos con tanta armonía que los personajes de las paredes no entenderían hoy en día.
Llegué al hotel, al entrar en mi habitación me tiré sobre la cama y cerré los ojos, el día había sido muy largo, y el cansancio se apoderaba de mi cuerpo y de mis pensamientos. Solo alcancé adecirme, “mañana será otro día”, “mañana será el día”. Después de un sueño largo y placentero, la cama me botó, y como resorte me levanté, por unos segundos no sabía si estaba despierta o si seguía dormida. Me tomó unos instantes darme cuenta que no era un sueño, que de verdad me encontraba ahí, en Madrid, me bañé, me arreglé y baje a desayunar algo. Tenía prisa por conocer por dentro ese edificioconstruido por el rey Carlos III, que en su momento sirvió para el estudio de la Historia Natural y que más tarde se convertiría en Pinacoteca.
Salí a la calle y me encaminé hacia el Museo del Prado, conforme me iba acercando la emoción crecía; después de hacer una larga fila, en la que pude descubrir un mundo de ideas, formas, creencias, religiones, idiomas y colores llegué a mi destino.Empecé a recorrer el enorme espacio que a cada paso me ofrecía un sin número de posibilidades; así fue como conocí a Goya, a Rembrandt, Rubens, El Greco, Ribera, Sorolla, Tintoretto, Van Dyke, Stomer, Fra Angelico, Campin, Tiziano, Durero, Rafael, Caravaggio, Murillo y Velázquez; cada uno me transportaba a un escenario diferente, paisajes, escenas familiares, obras religiosas, retratos de reyes ynobles, animales, batallas, bodegones, autorretratos, figuras humanas perfectamente detalladas, el museo se convirtió de pronto en una máquina del tiempo.
Cada obra me sorprendía, cada escultura parecía tener vida, así camine y caminé por el recinto, de pronto me llamó la atención un gran número de gente arremolinada frente a un cuadro, me acerqué para ver de qué se trataba, y de repente ahíestaba, con toda su grandiosidad, con toda su luz, con toda su magia, a partir de ese momento sólo tuve ojos para ellos, parecía como si cada personaje retratado en ese lienzo me estuviera llamando, por un segundo creí que la familia de Felipe IV me estuviera viendo.
Me coloqué delante de ellos, mi mente voló y se perdió entre el barullo de toda esa gente y sus cámaras fotográficas. Sólo quedamos elcuadro y yo, mientras lo admiraba las figuras se empezaron a mover, las pequeñas damitas comenzaron a jugar, el gran mastín, colocado en la parte inferior derecha movía la cola sin cesar; el aposentador parado en la puerta, parecía agitar la mano como llamándolas. Al fondo, reflejados en el espejo, Felipe IV y su esposa Margarita parecían sonreírles mientras jugaban. Y el personaje que debía...
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