Museo De Titeres

El Museo de Títeres
Alberga los personajes de las historias de toda una vida.
Gabriela Lehnhoff
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Foto: Luis Soto la colección de la familia Iriarte tiene títeres de arcilla y madera,escenografías y herramientas.
Escondido en un callejón de la zona 11, cerca del Hospital Roosevelt, está el Museo de títeres de la familia Iriarte, una colección privada que cuenta la historia de LuisAlfredo Iriarte y Carmen Antillón de Iriarte, su compañía de títeres Gignol, y su pasión por entretener a niños y adultos.
Él hacía los títeres, de arcilla y madera. Ella les cosía la ropa. Se presentabanen fiestas de cumpleaños y en parques. Daban cursillos. Muchas veces trabajaron todos los fines de semana. A través de los años se convirtieron en una leyenda, una pareja de titiriteros que no dejóel oficio hasta bien entrados en sus setentas.

Ella era maestra, él dibujante de cartografía, y ella solía decir que el negocio de los títeres había sacado adelante a sus cuatro hijos. Ocupaban susfines de semana en las presentaciones y, como en muchos negocios familiares, participaron hijos y hasta nietos.
Diego Escobar, un nieto de 23 años que comenzó a ayudarlos a los 15, recuerda con muchaemoción a sus abuelos juntos detrás del telón, haciendo bailar a los títeres y bailando ellos a la vez.
Su abuelo sostenía el brazo de su abuela cuando le fallaba la fuerza. Y Diego les soplaba elargumento en los últimos años, cuando se confundían o comenzaban a repetir partes de las historias.

Hace 2 años murió Carmen, a los 80 años, y Luis Alfredo quedó solo con las memorias y los títeres.Decidió entonces ponerlos en exhibición, en una especie de museo en su casa en la zona 11. Un cuarto fresco y oscuro ostenta los personajes que durante tantos años poblaron las historias de la parejade titiriteros.
Sobre repisas de madera están parados, frente a sus escenografías originales, Hansel y Gretel, Los Sapitos, Batman y Robin, el Fantasma, el Payaso y hasta Santa Claus. Sus sonrisas...