¿Porqué calla hilda mundy?
Y es que en verdad hablar de Mundy involucra pensar en aquella pionera del periodismo feminista y una de las pocas escritoras vanguardistas, aún más, una de las pocas escritoras. Mundy se dio más de una razón para derrocar los roles femeninos impuesto, para reescribir la historia de la Guerra del Chacodesde la ciudad y como un diario íntimo y para repudiar los actos bélicos de la guerra; todo esto como un conglomerado articulado en el que “subyacen la postura ideológica y la postura escritural” [Wiethüchter, 2003:128-129].
En este sentido, su escritura feminista procedente, al parecer, de Adela Zamudio es de igual manera una crítica mordaz al rol patriarcal que asumen las mujeres, escritura quealgunos críticos como Rocío Zavala podrían llamarla más bien como “discurso de género” la misma que se caracteriza por romper el constructo patriarcal que determina la “esencia femenina” y que provoca la ilusión de una realidad homosocial [Zavala, 2004:25]. Se podría decir que esta escritura, que de igual manera la llamaré (aunque particularmente no me agrade) escritura de género, quebranta este“poder patriarcal que se fundamenta en un proceso de descripción y definición del elemento subordinado” como explica Lucía Guerra en su libro Mujer fragmentada [Guerra, 1994:12]. En este caso, la posesión de las mujeres a través de un lenguaje masculinizado que intenta “perpetuar la subyugación de otro” [Ibíd.:14] aunque en verdad debería tratarse de la subyugación de otra. Gestos festivos actualescomo “El día del niño” o “El día del trabajador” en tanto que instituciones llamadas como la “Escuela de abogados” o la “Escuela de médicos” nos recuerda que la oficialización parte de una masculinización del lenguaje en la que se entreteje dos procedimientos fundamentales según Guerra: en primer lugar la “exclusión de la mujer en el ámbito del trabajo, la política y la cultura en general” y ensegundo lugar la “prolífera creación de construcciones imaginarias con respecto a la mujer y ‘lo femenino’” [Ibíd.: 19].
La escritura de Hilda Mundy, a la que se podría atribuir características pertenecientes a esta escritura de género, cuestiona aquello que García Pabón se pregunta en su artículo escrito respecto a la novela de Adela Zamudio “¿no existe una novela nacional porque no existe unanovela escrita por mujeres?” [Pabón, 2007:103] y aunque admite que las respuestas podrían desembocar en especulaciones, abre una estrechísima rendija afirmando que “sí se puede pensar que una novela nacional tiene que tener un espacio textual de expresión que comprenda al sujeto femenino” [Ibíd.] y, aunque de lo que trata el presente trabajo no es de Zamudio, pretendo repudiar con estas citas...
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