Proyecto recuperación alumnos repitentes

Mala letra.

El concepto de plagio no es extraño al arte, en general, y a la literatura, en particular. De oscuras intenciones, el plagio puede ser una maniobra voluntaria o, incluso, involuntaria.Así lo sostiene el psicoanalista Théodore Flournoy (1854-1920), quien llamó criptomnesia (en griego, “recuerdo oculto”) a un fenómeno que se produce en la creación literaria o artística y queconsiste en utilizar elementos que creemos nuevos y que, sin embargo, existen en nuestra memoria inconsciente. En otras palabras: podemos plagiar involuntariamente una obra al escribir algo que creemosoriginal y que, sin embargo, resulta ser la reproducción de un texto de otro autor, leído y olvidado.
Ahora bien, nada de esto se relaciona con el caso, profusamente difundido, de Jorge Bucay. Porque, sibien la criptomnesia de Flournoy puede acabar en la involuntaria copia de una idea, de una imagen o de una asociación, difícilmente puede este recuerdo oculto aflorar bajo la forma de 60 páginastextualmente copiadas.
Está claro: lo de Bucay, más que criptomnesia, es latrocinio.
La información del hecho rezaba: “El mediático psicoterapeuta Jorge Bucay reconoció que textos que ocupan más de 60páginas de su libro ‘Shimriti’ fueron copiados del libro ‘La vida recobrada’ de la autora española Mónica Cavallé”, (DyN, 12/10/05). Aunque la disculpa no se hizo esperar, se manifestó bajo la formade una excusa casi imbécil: se había olvidado de citar la fuente. Y, como si la paciencia de la plagiada autora española no bastara, Bucay se defendió, acotando: “Yo aggiorno y modifico. No soy el granpensador o sabio que se quiere hacer de mí”. Cierto es que esta esperada autocrítica es con la que debería haber empezado su inane carrera, en vez de ocupar la fama que bien merecían otros verdaderospensadores; pero nadie es perfecto y, mucho menos, si no se aspira a eso.
Ahora bien, justo es recordar que no fue hasta que aparecieron los derechos de autor, allá por el siglo XIX, que el plagio...