psicologia evolutiva
PSICOSOCIALES
I
María
del
Carmen
Ortego
Maté;
Santiago
López
González;
María
Lourdes
Álvarez
Trigueros
Tema
2.
Comportamiento
y
desarrollo
humano.
Desarrollo
infantil.
La
adolescencia.
La
edad
adulta.
La
vejez
2.1
2.2
2.3
2.4
2.5
2.6
2.7
Primer
año
de
vida.
Segundo
año
de
vida.
Etapa
preescolar.
Edad
intermedia
o
fase
de
latencia.
Adolescencia.
Edad
adulta.
Psicología
de
la
vejez.
1
CIENCIAS
PSICOSOCIALES
I
María
del
Carmen
Ortego
Maté; Santiago
López
González;
María
Lourdes
Álvarez
Trigueros
2.1
Primer
año
de
vida
Se
refiere
al
periodo
que
va
desde
el
nacimiento
del
niño
hasta
que
cumple
un
año.
1.
Desarrollo
intelectual
y
motor
En
el
primer
trimestre
de vida
sólo
cabe
citar
los
reflejos,
que
son
conductas
innatas,
no
aprendidas.
Entre
ellos
hay
que
reseñar:
▪ El
reflejo
de
orientación.
Cuando
se
le
toca
la
mejilla,
el
niño
mueve
la
cabeza
hacia
la
parte
tocada
a
la
vez
que abre
la
boca.
▪ Reflejo
de
succión.
Cuando
se
le
toca
la
boca,
los
labios,
trata
de
sujetar
el
objeto
y
succionarlo.
Este
reflejo,
como
todos,
tiene
gran
importancia
diagnóstica,
y
si
no
se
da
hay
que
sospechar
lesión
cerebral.
Tiene
gran
importancia
también
por
su
función
en
la
alimentación
y
por
tanto
en
la
rela-‐
ción
madre-‐hijo,
y
posee
además
una
función
exploratoria,
de
conocimiento,
y
de
placer.
▪ Reflejo
del
tono
del
cuello.
Al
colocarle
en
posición supina,
la
cabeza
cae
hacia
un
lado
y
el
brazo
y
la
pierna
de
ese
lado
tienden
a
extenderse
y
el
del
contrario
a
flexionarse.
Otros
reflejos:
reflejo
prensor,
reflejo
de
Moro,
reflejo
de
Babinski,
etc.
En
el
segundo
trimestre,
con la
superación
del
reflejo
tónico
del
cuello
puede
girar
completamente
la
cabeza
con
lo
que
puede
prestar
atención
a
muchos
más
estímulos.
Ya
no
sólo
percibe
los
objetos
sino
que
tratará
de
acercarse
a
ellos,
tocarlos
y
cogerlos.
En
el tercer
trimestre
ya
prefieren
estar
sentados
o
de
pie
y
se
empiezan
a
trasladar,
primero
arras-‐
trándose,
luego
gateando.
En
el
cuarto
trimestre
intentan
andar
y,
al
final
del
trimestre,
muchos
ya
son
capaces
de
ello
y
pueden
iniciar
ciertos
juegos
como
el
dar
y
tomar.
Perciben
ya
prácticamente
todo
lo
que
percibe
el
adulto.
En
el
primer
año
de
vida
el
niño
es
sensible
a
los
cambios
de
luz
y
temperatura,
al
gusto
de
los
alimen-‐
tos,
a
los
olores,...
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