Saber hablar es usar de modo adecuado el lenguaje
El respeto a la normas de la gramática ha de ir acompañado de un ajuste de lo hablado al contexto preciso en que tiene lugar lacomunicación (dónde se está produciendo, con quién, por qué y para qué), así como a la situación en general, el saber compartido, el entorno socio-cultural y, según adelantábamos antes, a los géneros ytipos discursivos (En sus clases los docentes universitarios no hablan igual que los docentes de otros ciclos educativos porque, pese a pertenecerá la misma comunidad discursiva en amboscasos son profesores, las instituciones en las que imparten las enseñanzas tienen objetivos distintos determinados por los grados y el tipo de enseñanza, los niveles de especialización, el finmás o menos profesional, la edad de los alumnos, las expectativas que éstos tienen.
Es-tas características situacionales pueden incidir en el modo y manera
de organizar el contenido, en laestructuración de las ideas, en la elección de un registro más o menos formal y especializado, todo ello a pesar de que coincidan básicamente en una serie de estrategias discursivas comunesencaminadas a transmitir como expertos el conocimiento o a poner los medios para obtenerlo, a facilitar el aprendizaje, a interesar y motivar al alumno, fines que tienen que ver con lacompetencia de cualquier profesor de aquí y de allí.
HABLAR BIEN ES USAR DE MODO CORRECTO LA NORMA GRAMATICAL
El modo correcto es el que sigue las normas gramaticales
. ¿Dadas por quién? Por eldevenir histórico de una lengua y por los propios usuarios de esa lengua, que son los que, en comunión unos con otros, dictan sin ser conscientes lo que es, incluso, lo que puede llegar a seresa lengua en un momento dado, incluida su gramática (véase capítulo 2). El usuario sanciona con su uso la citada norma e instituciones como la Real Academia Española y la Asociación de
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