Sacerdote primer discipulo Misionero

EL SACERDOTE PRIMER DISCÍPULO Y MISIONERO DE JESUCRISTO


“Subió a la montaña, fue llamando a los que él quiso para estuvieran con ÉL” Mc 3,13.

Saludo con mucha alegría y entusiasmo a los participantes en este congreso nacional de SINE, en especial a mis hermanos presbíteros.
Deseo que este congreso nos llene de Dios y nos encienda con el fuego del Espíritu para aceptar el gran reto quenos pide nuestra amada Iglesia: sacerdotes primeros Discípulos y Misioneros de Jesucristo.
A mis hermanos sacerdotes les invito a abrirnos a la acción del Espíritu Santo para responder con generosidad a nuestra vocación y a ustedes hermanos laicos les invito a orar por sus sacerdotes, para que conociendo un poca más de la vida sacerdotal amen a la Iglesia de Jesús con un corazón indiviso.Quiero iniciar este compartir con un breve cuento de Jorge Bucay en el libro, “Capsulas Motivacionales”. Titulado el hachero.
Ramón estaba necesitado de trabajo y se ofreció como hachero en un aserradero. El sueldo era razonable y estimó que, si trabajaba duro, podría ganar muchísimo más.
El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha nueva y le asignó una zona del monte.Entusiasmado y muy dispuesto para el trabajo, salió a talar al bosque. En un solo día cortó 18 árboles.
¡Te felicito! Le dijo el capataz, ¡sigue así! Animado por las palabras del capataz, Ramón decidió mejorar su propio desempeño. Esa noche, se acostó muy temprano.
A la mañana siguiente, se levantó con los demás hacheros y se dirigió al bosque. A pesar de todo el empeño que puso durante el día, noconsiguió cortar más que 15 árboles.
No debo de estar dando lo suficiente –pensó- . Al otro día se despertó al alba y partió antes que nadie, hacia el sector del bosque que tenía asignado. Por más que se esforzó y trabajó con energía, apenas si llegó a cortar 10 árboles.
Necesito disponer de más tiempo, si quiero cumplir con mis objetivos. Entonces Ramón decidió acostarse al ponerse el sol.Sin embargo, ese día, a pesar de dedicarle más tiempo y esfuerzo no llegó ni a la mitad de los árboles derribados el día anterior.
El último día, cansado y agobiado, estuvo tratando de echar abajo su segundo árbol…
Ramón desmoralizado y agotado se acercó al capataz para contarle lo que pasaba, y a jurarle y perjurarle que se esforzaba, hasta el límite de desfallecer.
El capatazle preguntó: ¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez? ¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles.
¡Qué importante es en la vida detenernos para analizar lo que nos está pasando! Es necesario hacer un alto en el camino para resituarnos, buscar rumbo, tomar perspectivas y recargar nuestras fuerzas. Es muy importante conocernos a fondo, para detectar los momentos en quedebemos hacer un alto y afilar el hacha de nuestra vida.
Cuantas veces nos enredamos en la ansiedad de llegar al fin. Sin plantearnos objetivos, metas, ni medios claros. La embriaguez del éxito en la tarea hace que no tengamos tiempo de reflexionar en medio de la acción. ¿Cuánta gente fracasa por no hacer un alto en el camino, para analizar y mejorar sus puntos flacos? Tal vez los que triunfan,no son los que carecen de defectos, sino más bien, los que se animan a reconocerlos para poder trabajarlos.
El detenerse, el paso a paso, el plan o la ruta no es una pérdida, es más bien, tiempo ganado para la concreción real y acabada de nuestros sueños y proyectos. Tal vez estamos tan ocupados en querer llegar al destino, que nos olvidamos de mirar y disfrutar el paisaje.
¿Cuál es el hacha demi vida que no estoy afilando?
¿Qué tiempo de reflexión y oración dedico a pensar en mis ideales y proyectos sacerdotales?
¿Qué y cuáles cosas me ayudan a mantener afilada el hacha de mi vida para lograr ser discípulo y misionero de Jesucristo?
Afilar el hacha será nuestra tarea en este Congreso Nacional para lograr el objetivo de nuestra vida sacerdotal.
Me han pedido que me avoque a...