Sentido de la etica
El exceso de zaña del que hace gala el héroe lastima profundamente la sensibilidad de los vencidos más allá de lo tolerable. El esfuerzo persuasivopor detener la agresión es en la realidad sólo uno de los muchos recursos para que los vencidos aminoren el oprobio de convivir forzadamente de acuerdo a fines, normas y procedimientos impuestos por susvencedores que pasan a ser sus gobernadores.
La lucha contra al “exceso” se explica como la resistencia frente al abuso desbocado, pero no necesariamente como un cuestionamiento a la violencia conla que –en la guerra o en la paz- el vencedor militar se impone también económica, política e ideológicamente. Eliminar el exceso es a menudo un modo de hacer tolerable lo intolerable : la derrotaque nos exilia dentro de una ciudad que hemos perdido. Incólume el orden ominoso que la vida cívica así implica, el vencido es obligado a convivir sin que se modifiquen las condiciones originales delconflicto, con la única esperanza puesta en la posibilidad de frenar únicamente los excesos del vencedor.
La desigualdad raigal sobre la que descansa el funcionamiento histórico de las sociedadespolíticas no comporta ‘sentido’ más que para quienes detentan los medios del Poder, pero no para quienes los sufren como indiferencia, daño o abuso. Los demás conviven forzadamente dentro de unajurisdicción regulada por tradiciones e instituciones que -aún no exentas de crisis, crítica y guerras civiles- consagran la indignación como contenido permanente de la vida política.
La esperanza de quelímites claros en la heterogénea sensibilidad de la moral ciudadana, o de que ciertos procedimientos sirvieran para hacer más tolerable la “justicia” de los vencedores, o de que allende la razón o la...
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