Sitio Andino

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La fiesta que no fue tal: una identidad borrosa
Lunes 7 de Marzo de 2016 Esta es la crítica del Acto Central de la Fiesta Nacional de la Vendimia, a cargo de Fabián Sama.
Por: Fabián Sama
¿Cuántas veces se nos queda nuestro D.N.I. en un bolsillo y se nos lava, quedando borrosa nuestra verdadera identidad? Así de borrosa y a veces ilegible nos quedó en la Fiesta Nacional de laVendimia nuestra identidad de mendocinos. Desde la primera Vendimia que se le otorga a Alejandro Grigor, me declaré su detractor. Modifique mi pensamiento después de su segunda fiesta dirigida en el 2014, que más allá de no gustarme en su totalidad, reconozco que me sedujo con algún par de aciertos.
Cuando supe que dirigiría su tercera fiesta, consolidé mi voto de confianza, entendiendo que en elproceso creativo Grigor habría madurado su experiencia y doblaría su apuesta haciendo de la tercera, la vencida. Pues con la Vendimia de la Identidad quedaron por tierra bastante embarradas mis esperanzas.

Regresé a casa con mi corazón vendimial herido y con una mezcla de decepción, tristeza y bronca. Decidí tomarme la paz del domingo en el verde de mi jardín, para lamer mis heridas y ver desde dondemiraría, con respeto a la fiesta y asumir con mucha responsabilidad mi tarea como crítico, formado genuinamente en los escenarios vendimiales.
Decidí abordar la Fiesta Nacional -yendo quizás más allá de la fiesta misma- sabiendo que me sería muy difícil construir un discurso crítico sobre un objeto casi inexistente, una fiesta que no fue tal.

Grigor ha sido bendecido dos veces con coincidenciasque no se repiten: en el 2014 le tocó en suerte homenajear a través de la fiesta al Bicentenario de la Gobernación Intendente de Cuyo del General San Martin; en esta Vendimia 2016, debía homenajear los 80 años de la Fiesta y el Bicentenario de la Declaración de la Independencia. ¿Estuvo a la altura de las circunstancias? creo que no.
Se atribuyó la libertad de hablar en nombre de todos losmendocinos sobre nuestra identidad como pueblo y como cultura ubicada al pie de los Andes. Desde un guion pobre y magro de valor literario, desandó caminos que intentaron pintarnos de cuerpo entero a los mendocinos dejando una pobre radiografía de nuestro cuyano modo de ser. Quedamos parados en el escenario como que somos producto de un puñado de anécdotas. Responsables de nuestra existencia fueron unabatido grupo de Huarpes aturdidos, unos patriotas (más ricos de vestimenta que de pensamientos) que por el azar declararon una independencia y rompieron las cadenas de dorados eslabones. Que con solo ver a unos cuyanos amanecidos, embriagados con algún vino berreta de botella de utilería, haciendo de las suyas (en un grotesco extremo) en el espejo de agua, entenderíamos la verdadera tarea de lasviñas. Nuestras convicciones religiosas se resumieron a una empequeñecida Virgen de la Carrodilla surgida de las entrañas de la tierra y escoltada por un sequito de ángeles extraviados de algún corso de fantasía y para reconfirmar nuestra exultante identidad mendocina, llegaría a Mendoza un liliputense general San Martin, encaramado en un blanco caballo de desproporcionadas dimensiones, rubricandotodas estas imágenes, con tres malambos que asegurarían que el publico despertaría del letargo en que eran sumidos.
Si señores, así iban las cosas en la noche del sábado, por los pagos del Frank Romero Day.
Pero no se angustie más. Aquí detendré una enumeración que me hará caer en lugares comunes de la crítica que nada aportará a resolver las cosas.
Por eso es que me propuse reflexionar como es quellegamos a estas instancias de una de las Fiestas más grandes del mundo, empobrecida como pocas veces.
La Fiesta no es el problema, el problema reside en quienes tienen la responsabilidad de su realización. Pero iré mas allá aun porque todos los involucrados deben hacerse cargo de sus responsabilidades. Me remito al origen del proyecto ganador del concurso que año a año convoca el área de Cultura...