Teoría
I NST R UM E NT O DE P O DE R ?
Ricardo Crisorio
Centro Interdisciplinario de Metodología de las Ciencias Sociales
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad Nacio nal de La Plata, Argentina
rcrisori@fahce.unlp.edu.ar
1. En la filoso fía y en la ciencia el término “fundamento” se usa en varios sent idos.
A veces equivale a “principio”; a veces a “razón”; a veces a “origen”. Por tanto, puede
usarse en cualquiera de los sent idos en que son empleados cada uno de estos vocablos,
lo que hace que el uso de la palabra en cuestión sea muy variado y, en la mayor parte de
los casos, muy poco o nada preciso. Aunque fundamento suele usarse también para
designar el principio en el sent ido del origen, es habitual descartar las cuestiones
relat ivas a orígenes temporales cuando se habla de fundamento. De este modo, en
filo so fía y en ciencia, las dos acepcio nes principales de fundamento son: a) el
fundamento de algo en cuanto algo real; tal fundamento, llamado muchas veces
justamente “fundamento real”, suele ident ificarse con la noción de causa, especialmente
cuando esta últ ima t iene el sent ido de “la razón de ser de algo”; b) el fundamento de
algo en cuanto algo ideal, siendo entonces tal fundamento, llamado a veces
“fundamento ideal” precisamente, la razón de algo en el sentido de constituir la
explicación (racio nal) de ese algo. Sin embargo, no pocas veces se ha entendido e l
fundamento real en el sent ido del fundamento ideal, es decir, se ha buscado el
fundamento de la realidad en algo ideal. Así, Platón estableció de entrada una dist inció n
que podemos consagrar triunfadora en el pensamiento occidental: la dist inció n entre las
causas primeras, aitiai o causas inteligibles (las ideas) y las causas segundas, aitiai
deuterai o causas sensibles y eficaces ( las de las realidades materiales y sensibles), en
la que es fácil ver que las causas pueden interpretarse asimis mo co mo razones, o
fundamentos, y que las segundas están subordinadas a las primeras: “…y el que ama e l espíritu y la ciencia debe invest igar primero las causas de la naturaleza inteligente y, en
segundo lugar, las que pertenecen a los seres que son movidos por otros y que a su vez
mueven necesariamente a otros” (Timeo, 46 de).
Hubert Dreyfus (1996) sostiene que:
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“El malentendido tradicional de lo que es ser un huma no comienza con la fascinación de Platón por la teoría. La idea de que se podía compr ender el universo
de una ma nera desapega da y desinter esada, revelando los principios subyacentes a
la inmensa profusión de fenómenos, fue de hecho la idea más poderosa y excitant e
que ha tenido la huma nidad desde el descubrimiento del fuego y el uso del
lenguaje. P ero Platón y nuestra tradición erraron su camino al pensar que se podía
lograr una teoría acerca de todo –incluso de los seres huma nos y su mundo y qu e
la for ma en que los ser es huma nos se relaciona n con las cosas es a partir de una
teoría implícita acerca de ellas” (pp. 12).
En tanto fundamento ha pretendido designar un “principio últ imo ”, capaz de ser
razón de todos los principio s part iculares, por lo menos de todos los principio s
particulares del ser, del conocer y del obrar ¿no es aquella fascinació n platónica la que
nos hace preguntar por los “fundamentos teóricos” de la Educación Física? ¿No estamos
preguntando por las causas primeras las ideas para subordinar a ellas las ...
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