Trabajos

Pragmatismo
El editorial de La Nación del 4 de junio plantea un tema importante: El pragmatismo en los movimientos políticos costarricenses. Coincido con las observaciones del editorialista, celebro que su texto ofrezca la oportunidad de ahondar en este asunto.

I. AntecedenteNo voy a entrar en los laberintos técnicos del término ‘pragmatismo’, solo téngase presente que este vocablo posee unalarga andadura iniciada en dos artículos escritos por Charles Sanders Peirce (1839-1914), publicados en 1877 y 1878. Por otra parte, recuérdese que tanto en el pensamiento griego clásico, como en la Edad Media y en el ideario cultural moderno, especialmente inglés y estadounidense, existen preámbulos al pragmatismo en las tendencias que confieren un lugar relevante a la experiencia como fuente deconocimiento. En un sentido general al pragmatismo le interesan, de modo primario, los hechos y no los discursos sobre los hechos; la experiencia, según este enfoque, es más importante que la más genial de las ideas, porque cualquier idea debe probar sus contenidos contrastándolos con hechos y datos. El concepto, como se aprecia, posee historia en el ámbito especializado, y ahora, cuando se letraslada a la política, es necesario aclarar el significado que en este terreno puede dársele.

II. Adaptación, cinismo y mentira

Un rasgo sobresaliente del pragmatismo, cuando se le aplica en política, es su capacidad para adaptarse a las cambiantes circunstancias socio-económicas, pero esta versatilidad no equivale al cinismo y a la mentira. No es pragmática, por ejemplo, la cultura deltrepador –aquel que se arrastra a la sombra de cualquier autoridad con tal de alcanzar sus objetivos –, ni la costumbre de utilizar al sector público para rentabilizar y potenciar intereses sectoriales, ni las retóricas de quienes dicen ser solidarios e inclusivos, pero en las instituciones que dirigen pululan los ejemplos de exclusión social e ineficiencia. Muy lejos se encuentra del pragmatismopolítico un estado hipertrofiado, inerte, que encadena las capacidades emprendedoras de la ciudadanía en una burocracia inmóvil, temerosa al cambio organizacional y a la innovación. No, nada de esto, a pesar de ser abundante, es pragmatismo político en el sentido que sugiero en este comentario.

III. Conocimientos, experiencias, valores

¿Cómo evitar confundir el pragmatismo de los liderazgospolíticos con mezquindades, oportunismos, inercias, vanidades, disfraces ideológicos, egoísmos y narcisismos camuflados de solidaridad y amor al prójimo? No veo otra posibilidad más que insistir en la urgencia de fundar la acción política en tres componentes: Conocimientos, experiencias y valores culturales que propicien el desarrollo. No es fácil establecer una combinación de estos elementos que conduzcaa decisiones acertadas; sin embargo, esta es la obligación histórica del dirigente político, esforzarse por satisfacerla lo transforma en un educador que interactúa con el entorno cultural; este último, sin embargo, no siempre posee una dinámica que conduzca al desarrollo, en muchos casos la cultura dominante favorece pautas de comportamiento que idolatran la pobreza, el atraso, el subdesarrollo,la mediocridad y la inercia.

IV. Cultura pragmática

¿Qué contenidos corresponden a una cultura pragmática que conduzca al desarrollo? Menciono cuatro:

Primero: Favorece la formación de una mentalidad racional, abierta, no dogmática, con capacidad de innovación y enriquecimiento constante, orientada a la identificación de hechos y datos que prueben la validez de las ideas, y esto solo esposible cuando se fortalece el aprendizaje de las ciencias, las tecnologías y el humanismo, en un contexto democrático y pluralista. Lo contrario a esto es el fanatismo, el espíritu de secta, según el cual todas las personas deben pensar y sentir del mismo modo.

Segundo: Estimula las capacidades autónomas y emprendedoras de los individuos, con independencia de las estructuras colectivas a...