Violencia social, violencia escolar
En este punto, y retomando la función conformadora de subjetividad de la escuela a través de la producción de legalidades y no de la puesta de límites, agregará Bleichmar otra tarea a la escuela: lacapacidad de escuchar las preguntas de los niños y jóvenes, de pensarlas, de transcribirlas y volver a pensarlas; de crear el espacio para que las preguntas se formulen. Reconoce, además, que se está frente a nuevas formas de subjetividad que no se ajustan a las del pasado.
Cuando se ve a un niño o adolescente en riesgo, para conocer qué tan rescatable es para una vida social plena lo que hay quepreguntarse es qué capacidad de enlace tiene con las normas del grupo al que pertenece. Será esa capacidad de amar, la lealtad al propio grupo lo que determine la capacidad de transferir ese sentimiento a otros que no pertenecen a su grupo. Cuando no existe ese amor, cuando hay un odio hacia todos se produce algo insalvable, dirá Bleichmar.
Ante la "patologización" de la sociedad civil, que esentendida como una forma de ocultamiento de los conflictos que padece, Silvia Bleichmar llama la atención sobre el papel que juega la psiquiatrización y medicalización, que favorecen la des-subjetivación. Lo ejemplifica de diversas maneras: el hombre que se queda sin trabajo y está deprimido, entonces "es un depresivo"; los niños que se mueven mucho, que están muy inquietos, "son hiperkinéticos".Hacia el interior de la escuela señala la importancia de la prevención primaria, de convertirse en resguardo de subjetividad. Los maestros tienen que tener herramientas para saber cómo hacer un diagnóstico temprano y prevención primaria. Para la prevención propone acompañar formas de simbolización del malestar, del "malestar sobrante", entendido como "un exceso de malestar producido por lafrustración en la cultura" (Bleichmar, 2008: 61) que no se da sólo en los excluidos, sino también en los incluidos. Propone partir de lo que se tiene, de lo posible. El ideal tiene que estar en el horizonte. Partir de lo que se tiene para articular con el horizonte de lo que se quiere.
Ante la crisis económica del país su postura es que la escuela no puede operar sólo como lugar de subsistencia, puesreduce al sujeto a la inmediatez: "Primero hay que dar de comer, pero no hay que dejar de enseñar" (Bleichmar, 2008: 63). Del mismo modo señala que la falta de respuestas a las necesidades del prójimo son formas de ejercicio de crueldad y violencia silenciosa. El que el otro no responda produce una sensación de inexistencia que es una de las formas más desubjetivantes.
Lo central en la construcciónde legalidades pasa "por la posibilidad de construir respeto y reconocimiento hacia el otro y por la forma en cómo se define el universo del semejante" (Bleichmar, 2008: 38). Un sujeto capaz de empatizar con el otro, de no ser indiferente ante el semejante, y esto es un gran reto en una sociedad atravesada por la cultura del "no te metás"5 y el individualismo de los noventa.
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