Vista del maestro chogyal namkhai norbu

La mayoría de jóvenes hoy en día no tiene el más mínimo interés en los asuntos espirituales. Si les preguntamos en qué creen la respuesta puede ser un simple “no creo en nada”. Sin embargo, para quienes vamos llegando al final de nuestras vidas, a veces, estos temas cobran un interés inusitado pues, alcanzados nuestros sueños (peor si no lo hemos hecho), alejados nuestros hijos de nuestra casa,muertos nuestros seres queridos, nosotros mismos enfermos o físicamente limitados, o simplemente solos y con mucho tiempo libre nos preguntamos: ¿Y ahora qué?

Del 25 de febrero al 9 de marzo estuvo en el Perú el maestro Chogyal Namkhai Norbu Rinpoché. Vino como de costumbre en los últimos cinco años a compartir sus enseñanzas en el marco de un retiro espiritual. Con untemperamento juguetón y una sonrisa dulce, nos evoca permanentemente la figura de un niño pequeño, pese a su inmensa sabiduría y a sus casi 70 años.
Nacido en el Tibet en diciembre de 1938 se dice que los rosales de su casa florecieron en pleno invierno. (En Lima nos tenemos que conformar con observar el arco iris al inicio o término del retiro. En su lugar de residencia cuando no sedesplaza por el mundo enseñando, éstos se presentan habitualmente en número de 5). Por eso el apelativo de Rinpoché, que significa “el precioso”, en alusión a lo maravilloso de su nacimiento. A los 2 años fue reconocido como la reencarnación de un alto tulku. A los 5 reconocido por altos maestros budistas como la encarnación de la mente de otro gran maestro: Shabdrung Ngawang Namguiel. A los 8 añoshabía completado sus estudios y a los 16 había terminado los estudios de filosofía en la Universidad de . Luego durante 30 años ha sido profesor de Filosofía en el Instituto Universitario Oriental en Nápoles.
El maestro Namkhai Norbu (Norbu significa “joya” y Namkhai “del cielo”) a secas, (Chogyal es un tratamiento ) es un maestro de dzogchén. El Dzogchén (deltibetano Dzogpa Chenpo o “gran perfección”) es un sistema que se limita a sugerir que el individuo se observe a sí mismo y descubra su verdadera condición. No se trata de creer en algo o en alguien en particular, se trata de descubrir dentro de nosotros mismos nuestro Estado Primordial, que desde el comienzo mismo de nuestra existencia ha sido parte de nuestra naturaleza intrínseca y que es de felicidady gozo ilimitados. No se necesita tener conocimientos intelectuales, culturales o históricos. Ni siquiera una inteligencia extraordinaria pues, por su propia naturaleza el Estado Primordial que debemos descubrir, está más allá del alcance del intelecto. Sólo se necesita estar interesado.
En la enseñanza dzogchén se considera que cada uno de nosotros tenemos 3 nivelesinterdependientes. El cuerpo, la energía y la mente. Todos podemos tener una idea cabal del primero de ellos y del sufrimiento que nos puede acarrear, sobre todo cuando pasamos de los 50. La energía en cambio es más difícil de percibir, y aún cuando no la comprendamos, sabemos que existe. En cuanto a nuestra mente todos podemos darnos cuenta de cómo una pequeña idea que pasa por ella puede producirnos tantosufrimiento. La enseñanza dzogchén es esencialmente práctica, e integrándose en estos 3 niveles puede permitirnos alcanzar una auténtica sabiduría y libertad.
¿Cuál es el origen de nuestro sufrimiento? El maestro Norbu enseña que el origen de nuestro sufrimiento es el dualismo. Creer que algo es bueno o malo en sí mismo y por tanto aferrarnos a lo que consideramos bueno y deseable y arechazar lo que consideramos malo o desagradable. A partir de esta visión errada de la realidad, se genera una realidad relativa. Se genera un “ego” o “yo” que experimenta el mundo como algo separado de sí mismo, ajeno o externo a él y además “objetivo”, tratando de manipularlo con el objeto de obtener felicidad y seguridad. ¿Es que acaso hay algo de lo que consideramos que nos hace felices,...