Plato y Sus Filosofias
© José Antonio Pastor Cruz
Licenciado en Filosofía (Universidad de Valencia)
Jose.A.Pastor@uv.es
I. La cuestión que nos ocupa arranca en la consideración de la denominada tradición indirecta (fundamentada en los testimonios de Aristóteles, principalmente), acerca de la existencia de determinadas enseñanzas orales que Platóndecidió no tratar por escrito. A ello cabe añadir los textos donde el propio Platón (autotestimonios) hace referencia, tanto a su reticencia personal a la escritura en general y a escribir sobre determinados temas en particular, como a la necesidad de posponer el tratamiento de "aquellas cosas que tienen más valor" (-timiótera- esto es, aquello que es "principio" y "fundamento") y, por tanto,deberá ser tratado "en otro lugar", o sea, "fuera" de los diálogos escritos.
Tal como Conrado Eggers Lan ha señalado -no sin cierta ironía-, es sumamente curioso que admitamos plenamente la existencia real de la Academia platónica basándonos en la opinión de los autores antiguos cuyas obras conservamos (principalmente Platón y Aristóteles) y, sin embargo, podamos dudar de la existencia deconferencias orales sobre temas no expresados por escrito en base, precisamente, a los testimonios de estos mismos autores. Entonces, una característica de la contemporánea interpretación de Platón sería la de otorgar credibilidad a determinados datos que poseemos sobre su pensamiento y, al mismo tiempo, negar absolutamente la credibilidad de otros, aún procediendo de las mismas fuentes -fuentes que, porotro lado, son coetáneas respecto del autor a tratar-. Tal procedimiento (que, por cierto, no es el usualmente aplicado a otros autores de la antigüedad griega como son, por ejemplo, los comediógrafos trágicos), ha sido calificado por Szlezák como "contrario a todo lo que en otros casos reconocemos como sana metodología". La razón de tal insuficiencia metodológica debe ser rastreada en losprejuicios inculcados por los exégetas y comentaristas de Platón y Aristóteles o, dicho de otra manera, en la "fuerza de la tradición".
Al margen de los problemas de transmisión textual propios de una Antigüedad y un Medievo que no conocieron la imprenta, y con posterioridad a la decimonónica interpretación de Platón propugnada por Schleiermacher (cuya fuerte impronta está a la base de buena parte delos prejuicios interpretativos desde los que contemplamos el corpus platónico), valga citar que, ya en nuestro siglo, Harold Cherniss desautoriza abiertamente a Aristóteles (nuestra más importante fuente antigua) a la hora de, a través del testimonio aristotélico, tratar de interpretar a Platón.
Para Cherniss, los testimonios de Aristóteles no son dignos de confianza en cuanto a lo que ladoctrina platónica respecta (ni tampoco en lo que refiere a los presocráticos), por mor del excesivo celo peripatético en deformar y asimilar las teorías de sus predecesores, presentándolas así como una suerte de "anticipación deforme" de la doctrina aristotélica. Es por ello que, para Cherniss, todo lo que Aristóteles pone en boca de Platón y los miembros de la Academia debe ser puesto en duda hastaque pueda ser cotejado en los propios diálogos platónicos. Como vemos, estas aseveraciones de Cherniss atentan directamente contra la posibilidad de valorar los libros A, M y N de la Metafísica de Aristóteles como fuentes para el estudio de las doctrinas orales platónicas, y pretenden constituir una crítica radical que ponga en entredicho la veracidad de la existencia de tales enseñanzas noescritas.
"Cherniss niega objetividad a la exposición aristotélica. Le imputa falta de comprensión del meollo de cada pensador y en especial de Platón: incoherencia y contradicción en sus afirmaciones, en fin, cierta mala intención en la presentación de cada doctrina."
(Hernán Zucchi, "La reconstrucción histórica del Platón oral", p.29 §2 -prólogo a la traducción de la Metafísica de Aristóteles,...
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