Traducir Poes A Transmitir Poes A
José Siles Artés
El oficio de la traducción
Pocos menesteres habrá más necesarios y al mismo tiempo más sospechosos. Lo
de necesario es tan evidente que sería superfluo resaltarlo aquí. Lo de sospechoso es un
estigma del género traducción, en cuanto su resultado, su fruto, es siempre carne viva
expuesta al ojo crítico. Fallos, malentendidos, incorrecciones,infidelidades, quedan en
el texto sembradas para el lector de destino, quien si además posee algún conocimiento
de la lengua de origen, tenderá fácilmente a proponer alternativas. Opinar sobre la
calidad de un texto traducido es tan corriente como opinar sobre la enseñanza. Rara es la
persona que no se considera un maestro competente.
No hay desde luego traducción perfecta, como no hay texto originalperfecto,
aunque sí es evidente que hay traducciones más o menos buenas, bondad que engloba
los atributos de fidelidad, soltura y naturalidad expresiva en la lengua de destino.
En gran medida, la traducción de calidad es la que menos llama la atención. Es
la que menos se hace notar, pasando por discurso original, y por eso quizá suscita
menos comentarios, quizá algún elogio más o menos sucinto.En cambio la de menos
quilates tiene asegurado el rechazo y la queja, los puntos sobre las íes.
El conocido dicho, “traductor, traidor”, encierra la señalada transparencia del
oficio, en el que fácilmente saltan a la vista los significados mal vertidos y los matices
omitidos o desvirtuados. Destaca mucho más lo que el traductor no traslada, o traslada
mal, que lo que sí traslada.
Vamos a examinar acontinuación algunos ejemplos representativos. En 1918
aparece el libro, Las cien mejores poesías(líricas) de la lengua inglesa, “traducidas
directamente en verso por Fernando Maristany. Prólogo de Enrique Díez Canedo”1, del
cual tomo el soneto LXXIII, de William Shakespeare, que dice así:
En mí ves la estación en que colgar
Se ven solo unas hojas amarillas
De las ramas-que el frío hace temblarDocantaron gentiles avecillas.
En mí ves el ocaso que convierte
El día, al degradar, en noche obscura,
Cual otro Yo distinto de la Muerte
Que envuelve toda cosa en su negrura.
En mí ves el ardor de un fuego tal,
Cual vio la juventud que ya es ceniza;
1
Editorial Cervantes, Valencia, p.9.
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Como el lecho de muerte sobre el cual
Quien prestárale vida ahora agoniza.
Bien lo ves, pues temiendo queme muera,
Me vas amando ya de otra manera.
Salta al oído y a la vista inmediatamente que el traductor ha adoptado un
esquema clásico de soneto, con tres cuartetos y un paredado, rimando los primeros en
alternancia, primero con tercero y segundo con cuarto. La rima es consonante y,
normativamente, los versos son endecasílabos. Estamos ante un artesano competente,
diestro, y al mismo tiempo unconocedor de los recursos léxicos y sintácticos de la
lengua en que escribe. Esas cualidades las revela ya el primer cuartero, donde
encontramos: un hábil manejo del hipérbaton que se extiende por los tres primeros
versos; un atinado empleo del arcaísmo “do”, y una no menos afortunada presencia del
vocablo “avecillas”, sinónimo de pajarillos, un evidente casticismo poético. En el
segundo cuarterto amí, personalmente, me disuena la pareja “al degradar”, pero acepto
todo el resto del poema como una composición fluida, biensonante y con sentido desde
el principio hasta el fin.
Encarando ahora el texto de Shakespeare, nuestro oído percibe una alternancia
de sílabas fuertes y débiles que carece de equivalencia en castellano, donde la altura de
unas y otras está bastante más nivelada. Los saltosprosódicos del inglés, además, están
regularmente utilizados por el poeta para proyectar una fisonomía rítmica. Se trata en
definitiva del recurso de pies acentuales, cinco en el verso del soneto, que es
característico de la lengua inglesa. La disparidad es grande, pues, en el plano prosódico,
si bien en el rímico, Maristany no ha tenido problema para calcar la plantilla de primero
con tercero y...
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