Bruner- disáctica
Y MUNDOS POSIBLES
Los actos de la imaginación
que dan sentido a la experiencia
Jerome Bruner
gedisa
editorial
Título del original inglés: Actual Minds, Possible Words
C) by Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1986
Traducción: Beatriz López
Diseño de cubierta: Marc VallsCuarta reimpresión, junio de 1998, Barcelona
Impreso en Limpergraf
c/ del Río, 17. Ripollet
Impreso en España
Printed in Spain
INDICE
PROLOGO 11
PRIMERA PARTE
DOS CLASES NATURALES
I. Aproximación a lo literario 15
II. Dos modalidades del pensamiento 23
III. Castillos posible 54
SEGUNDA PARTE
LENGUAJE Y REALIDAD
IV. E1 selftransaccional 67
V. La inspiración de Vygotsky 80
VI. La realidad psicológica 88
VII. Los mundos de Nelson Goodman 101
VIII. E1 pensamiento y la emoción 112
TERCERA PARTE
LA ACTUACION EN LOS MUNDOS CREADOS
IX. E1 lenguaje de la educación 127
X. La teoría del desarrollo como cultura l38
EPILOGO 153
APENDICE 161
INDICE TEMATICO Y ONOMÁSTICO 173
BIBLIOGRAFIA ENCASTELLANO 181
La inspiración de Vygotsky [1]
Solía hacerse una distinción medio en broma entre la psicología paleopavloviana y la psicología neopavloviana. Era en los últimos años de la década de 1950. Antes, sólo conocíamos la primera. Tal vez la otra no había nacido todavía. O quizá sucedía que lo que oíamos entonces de segunda mano sobre el último Pavlov lo hacía parecer gagá. El Pavlovreal se refería a los reflejos condicionados, e, incluso, se lo denominaba "condicionamiento clásico" para distinguirlo de los conceptos posteriores del condicionamiento instrumental y funcional. La esencia de la idea era que un estímulo condicionado "sustituía" al viejo estímulo no condicionado, un timbre asociado al alimento produciría ahora la segregación de saliva que antes producía el alimentomismo. Creo que fue Edward Tolman quien por primera vez llamó a esos criterios de aprendizaje "teorías de conmutador"[2].
En cuanto a las ideas neopavlovianas, dejando a un lado los rumores sobre sus teorías gagá de la personalidad que llegaron a Occidente, empezaron a aparecer no tanto por sí mismas sino como justificaciones de otro trabajo ruso, en especial el de Vygotsky y su fieldiscípulo, Luria. La frase que se oía (tomada de los últimos escritos de Pavlov) era "El Segundo Sistema de Señales": el mundo procesado por el lenguaje frente al mundo de los sentidos. Resultaba ambigua pero interesante. Empezamos a aprender más sobre esa cuestión cuando los rusos comenzaron a venir en masa a los congresos internacionales. Asistí a uno celebrado en Montreal en 1954. Había unanutrida delegación rusa. Sus ponencias empezaban por lo general con una genuflexión ante Pavlov, seguida abruptamente por interesantes estudios sobre la atención o la solución de problemas que parecían tener poco que ver con el paleopavlov que yo había leído.
Luego vino la clásica recepción rusa al finalizar la semana de reuniones, repleta del habitual vodka y el barril de caviar. Fue en esarecepción (y en una fiesta informal celebrada después en lo de Wilder Penfield) donde por primera vez oí hablar de la influencia de Vygotsky, de su trabajo sobre la función del lenguaje en el desarrollo, de la "zona de desarrollo próximo" y de la función del Segundo Sistema de Señales en todo esto. Este Sistema, el mundo codificado por el lenguaje, representaba la naturaleza transformada por lahistoria y la cultura. En realidad, Pavlov había hecho poco con esta idea. Vygotsky era el que había trabajado con ella, y también su círculo de brillantes discípulos.[3] La obra de Vygotsky, me enteré esa noche, circulaba ampliamente en Rusia, aunque estaba prohibida oficialmente. El Segundo Sistema de Señales era el instrumento marxista perfecto para saltar por encima del viejo Pavlov, pero...
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