Centros comerciales

Los centros comerciales se han erigido en las últimas décadas en los templos de la actividad pública.
Tal y como ocurría antaño en los centros de nuestras ciudades y en nuestras plazas, las nuevas yno tan nuevas generaciones, dedican su tiempo libre a la compra, paseo y disfrute dentro de un entorno controlado en el que las interferencias del clima han sido completamente anuladas en pos de unentorno ideal donde la única finalidad es el consumo.

Y lo que en principio nació como un entorno autónomo e indiferente del espacio exterior, ha eclosionado generando actividades y horariosexternos, que colonizan esos espacios vacíos en los que se ubican.

No es raro observar, en horarios alternativos al comercio y ocios establecidos, multitudes aglomeradas en los enormes aparcamientos deestos centros comerciales, en los que la vida colectiva huye de los parámetros convencionales.

Y no deja de ser curioso que aquello que caracteriza a esas manifestaciones colectivas, generadas en unespacio público temporal, su manera de funcionar según la ocasión, se extienda del mismo modo al propio centro comercial, en torno al cual se generan, clonando su inestabilidad y vulnerabilidad sujetaa las leyes de la moda. Se trata de manifestaciones colectivas que no arraigan sino que mutan y se desplazan con la misma facilidad, “sin ambición por establecerse” (*).

De este mdo, los centroscomerciales inicialmente opacos y poco transparentes han empezado a abrirse al exterior adaptándose a nuestra personal idiosincrasia. Ahora estos complejos crecen como ciudades de nueva planta. Ya nomás aislamiento y entorno controlado. La novedad es la base del gran influjo que los centros comerciales ejercen sobre nosostros. Hay que dejar espacio para la improvisación. Renovarse o morir.

Yesos nuevos microcosmos imitan a la perfección la imagen idílica de un pueblo tipo con sus anchos de calles y sus dimensiones humanas, sus bancos y sus farolas, todo perfectamente dispuesto para que...