Cronicas de la muerte parte 2
-¿Ahh?, ¿sucede algo, señorita Fubuki? -¡Pues que te has quedado dormido de nuevo en mi clase! -Oh, ya veo. Es que esta clase es muy aburrida. ¿A quién se le ocurre dar una clase de mitología?-¿Sabes qué?, ya estoy cansada de tu actitud tan displicente, ahora por favor salte de mi clase. -Claro, como usted diga. Tampoco quería estar aquí. Si, este soy yo; Hideki Norino, el típico estudiante vago de secundaria. Toda mi vida siempre ha sido igual; nunca me he llevado bien con los profesores o mejor dicho, no me llevo bien con casi nadie. Tal vez les parezca normal, pero no es así. No espor mi actitud que no me llevo bien con los demás, de hecho es por los sucesos de mi vida que todos se alejan de mí. Muchos dicen que tengo una especie de maldición o que simplemente es coincidencia, pero el caso es que toda persona que ha tenido contacto conmigo ha terminado muerta, y de la peor manera. Todo comenzó cuando apenas tenía 5 años de edad y mis padres murieron en un accidente aéreo,desde entonces he estado solo, pero como si fuera poco, cuando una persona se acerca a mí al punto de conocernos a hacernos amigos; puedo visualizar la muerte de dicha persona y no importa cuanto lo intente evitarlo, todos terminan igual; en un cementerio. Por esta razón, todos se han alejado de mí, y no los culpo, yo haría lo mismo, por eso siempre intento alejarme de todos, para no lastimarlos.En pocas palabras se podría decir que soy un solitario si no fuera por una pequeña razón… -Hideki. ¿Te volvieron a sacar del salón de clases? Ella es Saya Otonashi, la única chica que no ha muerto por estar cerca de mí. Es una chica delgada, piel clara y blanca como la leche, su cabello es lacio y corto hasta sus hombros y sus ojos son oscuros como la noche, aunque tienen algo extraño. Sonara raro,pero hay veces en las que puedo ver como sus ojos cambian a color azul, aunque solo es por breves momentos y escasas veces. -¡Oye!, respóndeme. Te volvieron a sacar del salón. ¿Cierto?
-Sí, así es, sabes que no le caigo bien a esa profesora, además odio esa clase -Si sigue así, vas a perder el año, pero bueno, que le vamos a hacer. ¡Vamos! Hoy me toca pagar el almuerzo de ambos. -¡Oye!,...
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