Educación
Departamento de Psicopedagogía
Programa de Información a padres
EDUCAR EN LA RESPONSABILIDAD
Educar a los hijos para que sean responsables es uno de los principales objetivos
de los padres. La responsabilidad es una cualidad que indica un cierto grado de madurez y
compromiso, tanto con los demás, como con uno mismo. Ser responsable implica asumir
una serie de obligaciones y responder ante los propios actos.
Los padres no pueden estar siempre detrás del niño o del adolescente para
hacerle cumplir las normas. Lo que se ha de lograr mediante estrategias educativas
adecuadas es que estas normas queden tan arraigadas en ellos, que lleguen a comportarse
de una manera responsable también cuando no haya nadie que les indique lo que han de
hacer o dejar de hacer.
La mejor manera de transmitir a nuestros hijos el valor de la responsabilidad es
creando un ambiente donde pueda encontrar la información sobre cada una de las
opciones entre las que puede elegir y las consecuencias de cada una de ellas,
proporcionándoles, al mismo tiempo, los recursos adecuados para poderlas llevar a cabo.
"Responsabilidad" puede ser un concepto bastante confuso. Es conveniente
que los padres enseñen a sus hijos a pensarlo en cuatro niveles:
‐ SER RESPONSABLE de acciones específicas significa que tú eres la causa de lo
ocurrido ("¿Quién es el responsable de lo que ha sucedido?").
‐ TENER RESPONSABILIDAD por algo significa que estás obligado a hacerlo
("María tiene la responsabilidad de sacar la basura todas las noches").
‐ TOMAR LA RESPONSABILIDAD de algo significa que te encargas de ello, y aceptas tanto el elogio como la culpa del resultado.
‐ SER UNA PERSONA RESPONSABLE significa actuar como un adulto, tener
metas e iniciativas, y cuando ves que falta algo por hacer, lo haces.
CUÁNDO EMPEZAR A EDUCAR LA RESPONSABILIDAD
La responsabilidad, como manera de actuar, se va aprendiendo e interiorizando
de forma progresiva y de acuerdo con el desarrollo evolutivo de los niños. Cuando el niño va tomando conciencia de sí mismo y de su entorno y es capaz
de entender, es el momento de empezar a estimular su capacidad para responsabilizarse
de algunos de sus actos. El nivel de exigencia ha de estar en consonancia con las
posibilidades de cada etapa evolutiva.
1
A partir del año y medio se le puede enseñar a que se ocupe de algunas de sus cosas, por ejemplo, tirar su pañal sucio a la basura o recoger sus juguetes cuando termina
de jugar. Con estas pequeñas obligaciones se irá familiarizando con la responsabilidad y, al
mismo tiempo, le harán sentirse importante y valorado dentro de su familia. A medida que
el niño vaya ampliando su capacidad de comprensión y de actuación, podremos ir
aumentando el nivel de exigencia.
Para que el niño madure valorando las consecuencias de sus acciones y
comportamientos ante los demás, necesita familiarizarse con diversas tareas y
obligaciones y aprender que debe ser responsable de sus actos. Este proceso de
aprendizaje abarca toda la infancia, la pubertad y la adolescencia.
A veces para los padres es más fácil hacerle las cosas al niño que enseñarle y
esperar que sea capaz de hacerlas. Con esta actitud estaremos corriendo el riesgo de que
el niño no llegue a responsabilizarse nunca de sus obligaciones.
Los padres deben evitar adoptar una actitud sobreprotectora que impida al niño
hacer cosas por sí mismo, porque ésta no le permitirá madurar adecuadamente. Pero una
postura de exigencia excesiva ...
Regístrate para leer el documento completo.