educacion
Yo mismo he abonado no pocas páginas ni escasas palabras a este tema,que se ha vuelto de pronto “muy importante” lo mismo para el discurso oficial que para el interés privado. Pero lo que más me inquieta es que, en este asunto que parece tan importante, casi todos losanálisis vayan exclusivamente por el sendero literario y estético hasta desembocar en un punto predecible que ya se ha vuelto lugar común: la vergüenza nacional que representa la muy precaria prácticade lectura y “la falta de disposición” de los mexicanos para leer buenos libros. (También España se avergüenza de que sólo 3% de sus alumnos alcance el nivel más alto de resultados de la pruebaOCDE-PISA, en destreza lectora, y del hecho de que su índice de lectura esté “a la cola de Europa”. ¿No lo sabían?)
Lo preocupante de los análisis literarios sobre la lectura es su inflamado lirismo y suacentuada ingenuidad, y el que hagan muy poca o ninguna inflexión sobre lo social y lo pedagógico, es decir sobre la realidad circundante de los lectores y los no lectores.
En los discursos de losescritores siempre queda flotando en el ambiente la especie de que la gente no lee buenos libros porque carece de la decisión para hacerlo y, en cambio, utiliza con alegre y necia disposición mucho desu tiempo en actividades deleznables cuando no nocivas para su salud intelectual.
La mayor parte de los escritores, intelectuales y gente culta piensa así. Son muchos los que observan el fenómeno dela lectura como una muy positiva abstracción a la que la realidad prácticamente no afecta; y lo hacen desde una posición poco realista. En la cima del intelectualismo, la perspectiva de lo...
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