Educadores
En este número, y reflexionando con Freire, decidimos encarar este rincón de una forma más puntual.
Nuestra vida de estudiantes estállena de decisiones, pero he aquí que la principal crítica que podemos hacer desde la revista es que, no todos, a pesar de tener la capacidad de decidir, lo hacen. Podríamos buscarlemotivos a esa No decisión ya que motivos hay muchos, pero excusas también, y éstas van desde las simplemente entendibles hasta las mas ridículas e insulsas.
Sabemos que decidir es algodifícil porque implica “ponerse en contra de…” pero no olvidemos que, cuando decidimos, lo que sigue a esto – llámese consecuencia, resultados, etc.- exige meditar.
Es innegable que sí o sítenemos que comparar para optar y además de informarnos tenemos que hacer una mínima evaluación de lo que implica y genera. Aquí es donde a veces vemos los errores porque siempre hay unaopción más que no se contempla (por ignorancia, pereza, cansancio). No dejemos que nos traten como ganado, espejitos de colores ya tuvimos (seamos adultos en el mejor sentido de que podamosdotar esa palabra).
Podemos comparar lo que este hombre nos dice con una actitud bastante frecuente, la falta de interés o apatía, justamente la NO- DECISIÓN.
¿Qué tipo de profesoresqueremos ser, si a veces nos comportamos como si nada nos importara? ¿Cómo justificamos una labor de educadores ignorando el contexto que rodea nuestra cursada diaria?
Detengámonos areflexionar, pero también decidamos. A ver… entro al aula y me encierro en esas paredes solo comprometiéndome con la bibliografía obligatoria o trabajito práctico o… ¿azúcar o edulcorante?
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