El tono de la enseñanza

El tono en la enseñanza

Capítulo 1: La solicitud y el tacto pedagógicos
En este primer capítulo Max van Manen utiliza cuatro ejemplos claros para saber si el tacto pedagógico puede mejorar en las relaciones con los niños. Estos ejemplos los trata desde tres puntos de vista sociales distintos: El educador, el psicólogo y los padres.
En los ejemplos, los distintos adultos que aparecen en elcapítulo tienen unos pensamientos diferentes para entrar en el mundo de los niños.
Ante cualquier situación que se nos muestra, el educador, el psicólogo o los padres deberían preguntarse, ¿cómo experimenta el niño esta situación?, para tratar de llegar tal y como dice el autor con “solicitud y tacto” a éstos, ya que siempre se puede buscar solución a los problemas que los pequeños presentanmostrándose empáticos con los alumnos y no tratarlos como en el ejemplo del director como un ser autoritario. El buen educador sabría qué hacer y qué decir en los momentos claves y pensar en cómo poder educarle para llegar a ser un adulto responsable.
Desde mi punto de vista, hay que intentar llegar hasta el terreno de los alumnos, con sensibilidad ante las situaciones que se dan y sin obligar alos niños como en el caso de la madre que obliga a su hijo a tocar en el violín.
Al contrario que el anterior ejemplo, podemos encontrar en el capítulo un ejemplo de un padre que saca su violonchelo, su hijo lo escucha y lo invita a que toquen juntos. Con tacto, y esperando que el niño tocara, hace de esta actividad un ejercicio sano que favorece la relación del padre con su hijo y además le ofrecenuevas cosas.
Tal y como dice el autor “la literatura educativa nos puede proporcionar unos importantes conocimientos, pero son unos conocimientos externos…” por lo que la teoría es importante pero la práctica es lo que hace que podamos ver, escuchar y tratar a los diferentes alumnos.
En conclusión, tratando con tacto a los niños podremos llegar a ellos, a las situaciones que presentan y a lapeculiaridad de cada uno. Con todo esto, “el tacto puede mejorarse en nuestras relaciones con los niños”, con una buena actitud, para conseguir la respuesta que queremos como educadores.

Capítulo 2: Comprender el mundo de posibilidades del niño
En este segundo capítulo, nos habla de que nosotros como educadores somos los que tenemos que estar presentes para los niños , y no solo de formafísica.
Un niño, es un niño ya que “está en el proceso de llegar a ser” como dice el autor.
En este proceso, desde mi punto de vista, los educadores tenemos una gran responsabilidad, ya que tenemos que conocer a los niños, llegar a ellos y aprender de ellos.
Por lo tanto, hay que estar presentes con ellos no solo físicamente, hay que responder a sus preguntas, no podemos ignorarles y por supuesto,tenemos que tener en mente que somos un ejemplo para los niños. Éstos nos imitan gestos, reacciones… etc, es por lo que debemos pensar y preguntarnos si es así como queremos que actúen nuestros alumnos. Habrá cosas que sí nos gustarán que los niños recojan de nuestras actitudes, pero otras que no.
También no podemos olvidarnos de que hay que dejarles actuar y experimentar, y es en este momentocuando los niños se convierten en nuestros maestros.
Para algunas personas, el hecho de educar significa estar presentes en cuerpo, pero ausentes en espíritu, ignorando así a los niños. Pienso que no es idóneo que se manifiesten de esta manera con ellos ya que hay que comprender que son niños y hay que comportarse flexibles con ellos.
Por otro lado, los profesores solícitos son aquellospreocupados por la educación de sus alumnos, interviniendo en sus problemas y atento a las necesidades de éstos. Por este motivo, “la educación del niño se convierte en autoeducación”, renovándonos y pensando en lo más adecuado para ellos y para nosotros como educadores

Capítulo 3: La experiencia de la curiosidad y el asombro del niño
Desde que los pequeños tienen uso de razón, empiezan a...