Etica En San Agustín

LA ÉTICA EN SAN AGUSTÍN
En los tiempos en los que vive el hombre, entender la ética es difícil, el hombre de nuestra época se encuentra en una fase de egología, con una gran necesidad de afirmarse como un ser superior y de gran alcance. San Agustín, como es sabido, pertenece a los pensadores de distinción socrática, para los cuales el hombre y su conducta constituyen el objeto preferente, por nodecir único de su afán intelectual, en contraste con otros pensadores.
Por lo tanto, al analizar la ética en san Agustín es necesario, entender al hombre como un ser compuesto de alma y cuerpo. El hombre lleva en sí la libertad capaz de expresar la voluntad y la maldad. Dios y el hombre son para él el objeto único, de su afán investigador.
La ética agustiniana tiene el máximo interés de ser entodo fruto y conceptuación de una experiencia directa, una de las experiencias más dramáticas y sinceras de que haya ejemplo en la historia del espíritu. El punto de partida de la ética del santo de Hipona es el yo profundo, la vivencia intima, antes que el mundo exterior.
En la ética san Agustín aun haciendo abstracción de otros méritos, muestra la experiencia de un ethos, del ethos cristiano,siendo ésto el resultado de una expresión natural de la intuición esplendorosa y del sentimiento en plena vital aparición, por esto la ética agustiniana es una ética integral, por cuanto es el traslado fiel de todas las fuerzas lógicas que conforman el carácter del hombre.
La vivencia de la que se ha hecho referencia anteriormente se explica a partir del neoplatonismo de san Agustín, así como desu propia y personal experiencia religiosa. De la filosofía platónica es característica la apropiación del mundo de las ideas, que Agustín acabará por radicar formalmente en Dios identificando a Dios como la idea del Bien. En su vida también experimentó como habían sido estériles sus esfuerzos de su razón natural para resolver tantas dudas que lo inquietaban, y como éstas se disolvieron conrespuesta concretas por el impacto decisivo de la gracia sobrenatural.
De aquí surge la dependencia inmediata y absoluta respecto a Dios que tiene el hombre en sus ideas y operaciones. En este sentido Dios es la medida suprema de cada cosa, mientras que el mal es desmesura y desorden, es decir, privación de medida y de orden.
El número es para san Agustín, como buen platónico, el primer acceso alreino de lo inmóvil, firme e incorruptible, aquí las normas de conducta práctica y el mundo del valor tiene para él, el mismo carácter decisivo y absoluto. Por lo tanto, no se puede encarecer más la fijeza e inmutabilidad de las normas éticas supremas que ponerlas en el mismo plano que las proposiciones matemáticas.
La sabiduría en san Agustín es, como se sabe, no tanto como una norma teoréticacomo rectitud integral de la vida, es también, como la ratio numeri, una y común a todos. En su luz aparecen, como normas y antorchas de las virtudes los primeros principios y normas del orden moral, tales como los de que hay que vivir justamente, subordinar lo menos excelente a lo mejor, dar trato igual a lo igual y a cada uno lo suyo, y preferir lo incorruptible a lo corruptible, lo eterno a lotemporal, lo inviolable a su contrario.
Dios es el supremo e infinito bien, sobre el cual no hay otro, es el bien inmutable y, por tanto, esencialmente eterno e inmortal, Dios es la causa general e inmediata de la luz de la verdad, de las normas eternas en nuestro pensamiento; Dios es igualmente la causa directa del bien moral, es decir, de lo eternamente valido para nuestra vid. Todos los demásbienes tienen en él su origen, pero no son de su misma naturaleza.
El fundamento de la conducta moral de san Agustín es la percepción de un orden normativo absolutamente trascendente al hombre y de inconmovible validez. Esta ética por lo tanto es teocéntrica, por que el fin es sólo Dios, como Dios que yace en lo más profundo del alma, más íntimo que nuestra mayor intimidad. Alejarse el hombre de...