Huella y modernidad en sinaloa
Páginas: 10 (2386 palabras)
Publicado: 23 de mayo de 2011
Carlos Calderón Viedas, Huellas de Modernidad en Sinaloa, Gobierno de Sinaloa, Serie: ABC de Sinaloa, Coordinación General de Asesoría y Políticas Públicas, Fontamara, México, 2007, 241 pp.
Este ha sido un año, por así decirlo, curioso, especialmente en lo que a estudios y ensayos sobre Sinaloa atañe. Los libros Sinaloa: cultura y violencia de Arturo Zavala Zavala, Ensayo de unaprovocación de Adrián López Ortiz, Sinaloa: una sociedad demediada del autor de estas líneas y, ahora, Huellas de modernidad en Sinaloa de Carlos Calderón Viedas, todos publicados este 2007, abordan temáticas similares.
En todos los casos, estos escritos tratan el tema de Sinaloa, su historia, presente y virtual futuro, echando mano de las disciplinas sociales (historia, sociología, economía,psicología, antropología) igual que de la revisión de la producción literaria (cuento, novela) y ensayística sobre el asunto. Qué bien que así sea. Estamos asistiendo, quizá, a un nuevo alumbramiento de la inteligencia y la conciencia de, en y sobre Sinaloa. Tal vez sea tiempo de aterrizar ya la iniciativa de un Centro de Estudios multidisciplinarios sobre Sinaloa.
A diferencia del resto de lostextos aludidos renglones atrás, el de Carlos Calderón parte de una aclaración, no por general menos rigurosa, de sus conceptos, empezando por el de modernidad, palabra ciertamente polisémica, y siguiendo con un recorrido por los caminos de la llamada cultura occidental. El interés del autor es muy preciso y acotado: no se pretende deslumbrar al lector con citas eruditas sino dejar bien en clarode dónde viene la idea de modernidad, cómo se prefigura, adviene y deviene la sociedad moderna, y cuáles han sido, son y podrán ser los impactos, las huellas de la modernidad en México y en Sinaloa, desde el descubrimiento (la “invención”, dice el autor siguiendo a O’ Gorman) de América, la Conquista y la Colonia, hasta la caracterización de la cultura mesoamericana y los pueblos prehispánicos enla región que ahora es Sinaloa.
En este trayecto, Calderón Viedas encuentra los impactos de la modernidad en Sinaloa desde la época colonial hasta nuestros días, sosteniendo lo que desde hace tiempo han postulado las más diversas (e influyentes) corrientes del pensamiento en América Latina, desde el desarrollismo de la CEPAL y la teoría de la dependencia, hasta la sociología de lamodernización encabezada por Gino Germani, a saber: que la nuestra ha sido una modernidad dispareja, desigual y, en no pocas ocasiones, paradójica. Antes que la felicidad material (con sus correlatos de igualdad y libertad) a que se aspira con la noción de progreso, las ideas y prácticas modernas truncaron el despliegue propio y singular de un proceso histórico (el de las culturas aborígenes americanas),señalando desde entonces la ominosa pauta de exclusión, marginación y sometimiento que ha marcado y marca a nuestras sociedades.
Con este telón de fondo, no por conocido menos pertinente y necesario de reconocer, el autor carga la mirada para hacer una lectura acuciosa y muy sugerente de la peculiar modernidad sinaloense. Comparto con él la tesis que, declarada o tácita, está presente entoda esta parte del texto (desde el capítulo cuarto, “Huellas de la modernidad en Sinaloa”, hasta el séptimo, “El romanticismo sinaloense”): a las paradojas comunes a la modernidad occidental (sobre todo europea), referidas a las contradicciones inherentes al mercado, al Estado y la democracia modernas, a las paradojas que han acompañado a la modernidad latinoamericana y mexicana, concernientes ala brutalidad de la conquista, el desplazamiento de una cultura por otra, el sometimiento, la exclusión y, más tarde, ya con los mercados nacionales en marcha, los términos desiguales del intercambio. A estas paradojas hay que añadirles las muy particulares que han distinguido a la modernidad sinaloense, y que se conjugan en una conclusión brutal, vasta y abrumadora: en ninguno de sus...
Este ha sido un año, por así decirlo, curioso, especialmente en lo que a estudios y ensayos sobre Sinaloa atañe. Los libros Sinaloa: cultura y violencia de Arturo Zavala Zavala, Ensayo de unaprovocación de Adrián López Ortiz, Sinaloa: una sociedad demediada del autor de estas líneas y, ahora, Huellas de modernidad en Sinaloa de Carlos Calderón Viedas, todos publicados este 2007, abordan temáticas similares.
En todos los casos, estos escritos tratan el tema de Sinaloa, su historia, presente y virtual futuro, echando mano de las disciplinas sociales (historia, sociología, economía,psicología, antropología) igual que de la revisión de la producción literaria (cuento, novela) y ensayística sobre el asunto. Qué bien que así sea. Estamos asistiendo, quizá, a un nuevo alumbramiento de la inteligencia y la conciencia de, en y sobre Sinaloa. Tal vez sea tiempo de aterrizar ya la iniciativa de un Centro de Estudios multidisciplinarios sobre Sinaloa.
A diferencia del resto de lostextos aludidos renglones atrás, el de Carlos Calderón parte de una aclaración, no por general menos rigurosa, de sus conceptos, empezando por el de modernidad, palabra ciertamente polisémica, y siguiendo con un recorrido por los caminos de la llamada cultura occidental. El interés del autor es muy preciso y acotado: no se pretende deslumbrar al lector con citas eruditas sino dejar bien en clarode dónde viene la idea de modernidad, cómo se prefigura, adviene y deviene la sociedad moderna, y cuáles han sido, son y podrán ser los impactos, las huellas de la modernidad en México y en Sinaloa, desde el descubrimiento (la “invención”, dice el autor siguiendo a O’ Gorman) de América, la Conquista y la Colonia, hasta la caracterización de la cultura mesoamericana y los pueblos prehispánicos enla región que ahora es Sinaloa.
En este trayecto, Calderón Viedas encuentra los impactos de la modernidad en Sinaloa desde la época colonial hasta nuestros días, sosteniendo lo que desde hace tiempo han postulado las más diversas (e influyentes) corrientes del pensamiento en América Latina, desde el desarrollismo de la CEPAL y la teoría de la dependencia, hasta la sociología de lamodernización encabezada por Gino Germani, a saber: que la nuestra ha sido una modernidad dispareja, desigual y, en no pocas ocasiones, paradójica. Antes que la felicidad material (con sus correlatos de igualdad y libertad) a que se aspira con la noción de progreso, las ideas y prácticas modernas truncaron el despliegue propio y singular de un proceso histórico (el de las culturas aborígenes americanas),señalando desde entonces la ominosa pauta de exclusión, marginación y sometimiento que ha marcado y marca a nuestras sociedades.
Con este telón de fondo, no por conocido menos pertinente y necesario de reconocer, el autor carga la mirada para hacer una lectura acuciosa y muy sugerente de la peculiar modernidad sinaloense. Comparto con él la tesis que, declarada o tácita, está presente entoda esta parte del texto (desde el capítulo cuarto, “Huellas de la modernidad en Sinaloa”, hasta el séptimo, “El romanticismo sinaloense”): a las paradojas comunes a la modernidad occidental (sobre todo europea), referidas a las contradicciones inherentes al mercado, al Estado y la democracia modernas, a las paradojas que han acompañado a la modernidad latinoamericana y mexicana, concernientes ala brutalidad de la conquista, el desplazamiento de una cultura por otra, el sometimiento, la exclusión y, más tarde, ya con los mercados nacionales en marcha, los términos desiguales del intercambio. A estas paradojas hay que añadirles las muy particulares que han distinguido a la modernidad sinaloense, y que se conjugan en una conclusión brutal, vasta y abrumadora: en ninguno de sus...
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