Humanidades

Toledo, 22 de diciembre de 2007

Sin más maquillaje que el que ofrece mi lápiz y papel, y junto a mi mesa vacía de cualquier elemento que me pueda ser distractor, me enfrento al reto más difícil y más agradable de mí vida. Sin duda ninguna ciudad como la mía, perdón y la de ustedes, tiene a bien contar con que todos, y digo bien todos los géneros literarios la han tocado, de una forma ode otra, bien o mal parada el caso es que de Toledo se ha escrito tanto en género literario, en género épico como en género dramático así como en cada uno de los subgéneros literarios, e incluso fábulas. Así pues fácil es enamorarse de tan bella dama.
Sentado, como decía enfrente de mi mismo, con mi lápiz como cerebro y mi papel de corazón alimento mis recuerdos con el vino de la música queme transporta a mi infancia donde con poco soy capaz de recordar el olor de los benditos bollos que saboreaba en los largos paseos por las calles toledanas acompañado de la fiel mano de mi abuelo, quien alimento desde entonces mi apego a tal lugar.
La cara encenagada de chocolate descubría calles, historias, anécdotas e incluso mentiras que me contaban sobre la ciudad y que yo, a lo largode mi vida he utilizado para fines que Toledo y yo sólo conocemos, tal era la atención y la forma de contárseme que las hice mías, y que aún soy capaz de narrar con el mismo entusiasmo con que a mi fueron contadas ; los juegos de calle que en sus espacios reducidos me hacían improvisar las mil y una época de la ciudad, tanto como pirata, como soldado, como cualquier cosa donde mi imaginación y lade mis amigos de infancia nos llevaba.
Y creció el pequeño pirata luchando y conquistando el mar del Tajo. Aparece en el cajón de los recuerdos mil y una fotografías donde bajo el cobijo de la noche toledana se guardan tantos buenos momentos en compañía de los amigos que estuvieron y están tanto tiempo después. Las fabulosas historias inventadas fruto del ingenio de aquel señor pasaron a unestudio más profundo de los hechos históricos acaecidos en mi ciudad, como la histórica reconquista de la ciudad a manos de Alfonso VI en 1085
Recuerdo, ya en mi juventud, porque mi memoria me lo permite, o mejor dicho la insistencia con la que mi maestra me hizo aprenderme la poesía de Garcilaso:
En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestrogesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempoairado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Al igual recuerdo en materia de literatura los poemas de San Juan de la Cruz en la cárcel de Toledo o las rimas y leyendas de Bécquer que hacen alusión a Toledo.
No olvido en aquellos años todo loaprendido sobre el Greco, de quien tan orgulloso me siento y a quien tantas veces como repetidos fracasos vulgarmente quise imitar. Como tampoco olvido tantas otras materias que utilizaron Toledo como fuente de inspiración para nuestra formación.
Pero quise más, quise vivir yo sólo mi ciudad y me empeñe en recorrerme sábado tras sábado todos los recovecos que la acompañan, como si quisieraconocer todas sus entrañas. Me colé y digo bien en mil y una excursiones, o expediciones que se organizan, cada monitor contaba las historias según el son que le convenía por lo que pronto decidí no saber más de sus historias y leer y releer y sacar mis propias conclusiones. Y así me empapé de sus leyendas, tanto de las ya mencionadas como de otras, que he de resaltar por lo importante que fueron en...